Tras haber vivido un conflicto de 4 meses, si se incluye el periodo que la provincia de Islay vivió bajo un régimen de excepción, por la oposición al proyecto Tía María, el proceso electoral de 2016 encuentra a la ciudad polarizada y con una agenda regional que los candidatos deberán tomar en cuenta.
El conflicto por Tía María marcó un antes y un después en la historia política de la ciudad. Prácticamente todos los sectores y agrupaciones acabaron tomando partido y enconadas discusiones -vía redes sociales- involucraron a cientos de personas.
El conflicto no ha tenido un desenlace claro, solo ha entrado en una etapa de silencio y expectativa, a la espera que un nuevo gobierno decida el destino final del proyecto minero, algo que el presente régimen no ha podido definir.
Otro factor que ha generado incertidumbre es la baja de las transferencias por canon minero que experimentaron los gobiernos locales y el gobierno regional en el presente año. Adicionalmente a la disminución del precio de los metales que exportan las empresas mineras locales, el gobierno nacional ha “recentralizado” diversas competencias y, con ello, recauda en Lima. El canon, en promedio, ha disminuido en cerca de 50% respecto a las transferencias del 2012.
La situación política en la región también tiene varios puntos a tomar en cuenta en el proceso electoral próximo. En las elecciones regionales y municipales de 2014 se impusieron en las urnas los movimientos locales, mientras los partidos de alcance nacional tuvieron una presencia insignificante.
La presidencia del gobierno regional, hace 8 años, estaba en manos del movimiento Arequipa, Tradición y Futuro que, con una nueva cabeza, volvió a ganar en 2014 por 4 años más, en la persona de la hoy gobernadora Yamila Osorio.
La alcaldía provincial de Arequipa está en manos del movimiento regional Arequipa Renace, cuyo cabeza, el alcalde Alfredo Zegarra ha sido reelegido para un periodo de 4 años más. Antes, el alcalde fue del Partido Nacionalista, pero esto fue una excepción en el panorama electoral municipal.
Arequipa Renace es el movimiento más fuerte a nivel provincial, pues lleva dos periodos prácticamente arrasando con las alcaldías distritales. En otros casos, son movimientos distritales los que, en su mayoría, han estado ganando las elecciones, atomizando la actividad política.
En elecciones nacionales, como las que se avecinan, estos movimientos suelen aceptar alianzas con los partidos nacionales que ofrecen grandes recompensas de llegar al gobierno. Este fue el caso del Partido Nacionalista que, en las dos elecciones anteriores, concretó una alianza con Arequipa Tradición y Futuro. El APRA también se presentó en alianza con un movimiento regional en los comicios regionales, sin suerte.
No es el caso del fujimorismo, pero sí es práctica común en otros partidos como Solidaridad Nacional, el PPC o Acción Popular, que buscan presencia en provincias convocando personalidades locales que no necesariamente son militantes de sus partidos.
Recientemente, el partido que más alianzas ha ofrecido y concretado con los movimientos regionales es Alianza para el Progreso, de César Acuña, que como en otras regiones del país ha asegurado sólidas coaliciones con los políticos de provincias, como es el caso de los líderes de Arequipa Tradición y Futuro, además de otros movimientos provinciales y distritales.
Otra alianza que está por sellarse es la del partido PPK, de Pedro Pablo Kuczynski, con el movimiento Arequipa Renace, que tiene un sólido aparato partidario en la región.
El sentido de la resolución del conflicto por el proyecto minero Tía María será central en el debate electoral que se aproxima. Representantes de la izquierda, como el Frente Amplio y UDP, que han visitado la región, ya han expresado sin ambages su apoyo a los agricultores que se oponen a la actividad minera.
De otro lado, las heridas que dejó el enfrentamiento durante la paralización en el valle de Tambo (entre marzo y mayo de este año) y la violencia que se desató después, han dejado huellas que se expresan, por ejemplo, en el rechazo al antes popular congresista Juan Carlos Eguren, identificado hasta hace poco con demandas locales a pesar de pertenecer a un partido centralizado como el PPC, pero cuya clara opción a favor de la empresa minera le ha generado ácidas críticas y rechazo popular.
En el mismo sentido está el nacionalismo y la “traición” que se atribuye al presidente Ollanta Humala y sus partidarios, al haber variado su posición respecto a sus ofrecimientos de campaña con relación a la minería. Tal sería la razón por la que ningún congresista nacionalista ha confirmado su postulación a la reelección que aparece muy difícil.
La candidata Keiko Fujimori, sorpresivamente, también se ha manifestado en favor de atender el pedido de los agricultores del valle de Tambo, lo que da cuenta que ningún candidato podrá evadir el tema durante la campaña, como tampoco podrá hacerlo el ganador a la hora de llegar a un definición en torno a este complejo problema socioambiental.
Mabel Cáceres Calderón
Periodista. Directora de “El Búho”, revista y diario digital de Arequipa que toca temas sobre política y cultura.