En julio del presente año, las multilaterales más influyentes[1] emitieron una declaración conjunta que exhortaba a tomar medidas urgentes para abordar la crisis mundial de seguridad alimentaria generada por el aumento de los precios de los alimentos, iniciado en el mismo año de la pandemia de la COVID-19.[2] Dicho aumento significaba un golpe adicional a la población que no puede alcanzar una canasta de alimentos básicos: 340 millones en 82 países. Por esta misma fecha, la FAO declaró que “el 2022 encuentra al Perú con 16.6 millones de peruanos y peruanas en inseguridad alimentaria, un aumento vertiginoso nunca antes observado en el país” y lo posiciona como el caso más grave en Sudamérica.[3]
Aunque se espera que los precios de los alimentos se corrijan en la medida que se superen varias de sus causas – la guerra en Ucrania con sus efectos en la reducción de la oferta de alimentos, en la volatilidad de los precios de energía y de la cadena de suministros, como los fertilizantes; esta crisis ha revelado también que la oferta alimentaria es altamente vulnerable a las perturbaciones climáticas, aspecto que está totalmente vinculado con el cambio climático y, relacionado con ello, a mantener un crecimiento económico no sostenible.
El cambio climático afecta la seguridad alimentaria a través de múltiples mecanismos, que no se limitan a cambios en la temperatura o disponibilidad de recursos cruciales como es el agua y el suelo. Según el “Reporte Especial: Cambio Climático y Suelo” del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)[4], el cambio climático afecta la seguridad alimentaria a través de cuatro ejes: disponibilidad, acceso, utilización y estabilidad. Ver mayor detalle en el cuadro.
Por otra parte, la producción de alimentos refuerza el cambio climático porque genera emisiones excesivas de gases de efecto invernadero. El IPCC señala que entre 21%-37 % de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) producidas a nivel mundial provienen de los sistemas alimentarios; donde las actividades agrícolas y ganaderas en campo, y el uso y cambio de uso de la tierra, incluida la deforestación y la degradación de las turberas, contribuyen hasta en un 14%. Aunque en menor grado, la cadena de suministro también genera GEI por la pérdida y el desperdicio de alimentos.[5]
Considerando que los avances para controlar los efectos del cambio climático a la fecha[6] no han sido suficientes, se reconoce que los sistemas alimentarios son vulnerables tanto a riesgos naturales como sociales (conflictos sociales, enfermedades) por lo que el consenso entre las multilaterales es fortalecer su resiliencia ante dichos riesgos. Así, las recomendaciones se centran en la transformación de los sistemas alimentarios tanto desde el lado de la oferta (producción, almacenamiento, transporte, transformación y comercio) como de demanda (consumo y dietas) con un abordaje a escala local, nacional y global.[7] Cabe mencionar que estas recomendaciones están alineadas también a las metas del objetivo 12 (Producción y consumo sostenible) y la meta 13 (Acción por el clima) de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Ver ilustración.
Las acciones dirigidas a la oferta apuntan a mejorar la eficiencia de los mercados por medio de resolver los cuellos de botella de la infraestructura y del suministro de insumos como fertilizantes y semillas. También, se recomienda la mayor integración de los mercados para reducir la volatilidad de precios, impulsar la diversificación económica y generar empleos.[8] Por último, se considera crucial el apoyo efectivo y sostenible a los pequeños agricultores al ser ellos parte de la solución. Si bien se requieren de mercados más eficientes para reducir la volatilidad en la oferta de alimentos, estas propuestas no discuten las disparidades que ha generado el sistema económico actual en cuanto a oportunidades de crecimiento económico y distribución del ingreso.
Por el lado de la demanda, se apuesta a cambiar los patrones de dieta como respuesta a que la producción de alimentos genera emisiones de GEI en forma diferenciada, siendo los alimentos de origen animal los de mayor emisión de GEI. Por ello, se promueve reducir el consumo de alimentos de origen animal y, con ello, ganar tierras de cultivo para la producción de alimentos para humanos. Asimismo, se propone reducir el desperdicio de alimentos dado su potencial en reducir GEI.[9]
Aunque se discrepe de los alcances de estas recomendaciones, un aspecto a observar es que éstas requieren cambios significativos en estructuras socioeconómicas, institucionales y tecnológicas. En otros términos, reformar el sistema económico que ha contribuido a esta situación. [10] Por ejemplo, la inseguridad alimentaria que enfrenta actualmente el país es consecuencia de su bajo nivel de desarrollo expresado en los altos niveles de vulnerabilidad económica de la población, la desigual distribución del ingreso, el atraso en infraestructura económica y social, y en particular, de una muy débil gobernabilidad que ha limitado el desarrollo de políticas que aseguren una agricultura sostenible y un acceso equitativo a los alimentos.
Por consiguiente, además de promover mayor resiliencia en el sistema alimentario, se necesitan políticas que promuevan la inversión en el potencial de agrobiodiversidad del país, optar por una producción agroecológica y revisar los incentivos que enfrenta la oferta de alimentos para proveer productos que cumplan los estándares nutritivos recomendados. Además, se requieren de reformas complementarias en la gestión hídrica y la tenencia de la tierra.
En el Perú, como resultado de prácticas agrícolas inadecuadas derivadas de una baja tecnificación del riego e incentivos inadecuados, no sólo existe escasez de agua sino un acceso desigual entre los agricultores.[11] Las reformas y otras acciones pendientes para superar dichos problemas podrían incorporar incentivos a través de la gestión del agua, para la sustitución de cultivos con menor efecto en GEI.
Aunque se discrepe de los alcances de estas recomendaciones, un aspecto a observar es que éstas requieren cambios significativos en estructuras socioeconómicas, institucionales y tecnológicas. En otros términos, reformar el sistema económico que ha contribuido a esta situación.
La Segunda Reforma Agraria lanzada por el gobierno en octubre del 2021, y todavía por iniciar, apunta a colocar a la agricultura familiar en el centro de la política pública como una herramienta de desarrollo a través se trabajar con la tenencia de la tierra. Esta reforma responde al hecho que la agricultura familiar representa el 97% del total de las más de 2,2 millones de unidades agropecuarias, donde el 88% de éstas corresponde a la agricultura familiar de subsistencia con limitaciones respecto a su superficie agraria, acceso a tecnología, y participación en esquemas organizacionales.[12] Esta situación conduce a bajos niveles de productividad e ingresos, que refuerza la degradación ambiental por la forma de uso del suelo y de mayor tiempo e inversión de recursos para consolidar las cadenas de valor y suministros.
En suma, solo podremos superar los problemas de inseguridad alimentaria en la medida que el país intensifique sus esfuerzos en promover un desarrollo sostenible junto con realizar reformas estructurales en el ámbito económico. De otro modo, vamos a seguir siendo altamente vulnerables al flagelo de la inseguridad alimentaria y sus efectos en la pobreza.
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[1] El Grupo del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA)
[2] https://www.bancomundial.org/es/news/statement/2022/07/15/joint-statement-by-the-heads-of-the-food-and-agriculture-organization-international-monetary-fund-world-bank-group-world
[3] https://www.fao.org/peru/noticias/detail-events/es/c/1603081/
[4] https://www.ipcc.ch/srccl/chapter/chapter-5/
[5] https://www.ipcc.ch/srccl/chapter/chapter-5/
[6] https://unfccc.int/es/news/los-planes-climaticos-siguen-siendo-insuficientes-se-necesitan-medidas-mas-ambiciosas-ya#:~:text=Noticias%20ONU%20Cambio%20Clim%C3%A1tico%2C%2026,limitar%20el%20aumento%20de%20la
[7] https://www.worldbank.org/en/news/statement/2022/09/21/second-joint-statement-by-the-heads-of-fao-imf-wbg-wfp-and-wto-on-the-global-food-security-and-nutrition-crisis
[8] https://www.worldbank.org/en/news/statement/2022/09/21/second-joint-statement-by-the-heads-of-fao-imf-wbg-wfp-and-wto-on-the-global-food-security-and-nutrition-crisis.
[9] https://www.ipcc.ch/srccl/chapter/chapter-5/
[10] https://www.worldbank.org/en/news/feature/2022/10/17/what-you-need-to-know-about-food-security-and-climate-change
[11] https://www.unops.org/es/news-and-stories/stories/combating-water-scarcity-in-peru
[12] https://www.gob.pe/institucion/midagri/campa%C3%B1as/6052-segunda-reforma-agraria
Verano 2022 / 2023
Olympia Icochea
Universidad Antonio Ruiz de Montoya - UARM
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