La presencia de los jóvenes en el escenario nacional ha tomado notoriedad a partir de la Gran Marcha Nacional del 12 de noviembre del 2020. Los jóvenes expresaron con fundamento su convicción por la democracia. Y lo hicieron con todo el ímpetu juvenil, llegando a ofrecer la vida como Inti y Bryan. Si bien el golpe de ariete fue la defensa de la democracia plasmada en uno de los lemas como “este congreso no me representa”, los jóvenes se movilizaron también para manifestar que quieren un país diferente; por eso otras consignas destacadas de la marcha fueron “salí a defender a mi patria” pues “el Perú despertó.”
Es evidente que los jóvenes quieren un país libre de corrupción, menos desigual, más inclusivo, respetuoso de las diferencias y de las comunidades minoritarias, con menos pobreza, con más oportunidades de trabajo, con una democracia sólida…Todas estas aspiraciones no se realizan en abstracto, se logran en una realidad concreta. Hace 200 años quizá algunos de ellas no estaban presentes, hace 50 años la manera de entenderlas eran diferentes. El Perú de los jóvenes de hoy es más consciente de la riqueza de su diversidad cultural, vive en continuo mestizaje, el machismo aún predominante es más despreciado, hay una lucha evidente contra la violencia y discriminación a la mujer, el país rechaza estar gobernado en función de los intereses de algunos….
Además de los ideales está un factor clave que es conocer las características y condiciones de la juventud actual para hacer esa trasformación. Ellos han dicho claramente que “se metieron con la generación equivocada” y de allí ha salido la denominación “generación del bicentenario.” Una generación que ha mamado de la tecnología, que su manera de relacionarse articula armoniosamente lo virtual y lo real, donde la interconectividad y fragmentación conviven complementariamente, con mayor capacidad de acercarse a realidades diversas del planeta, con una manera de hacer política que va más allá de la militancia, con discursos más concretos y concisos pero no por ello menos contundentes ni pertinentes.
En este número presentamos “El país desde una perspectiva juvenil.” Evidentemente, no se abordarán todos los temas; pero la clave de lectura es escuchar a la diversidad de juventudes (jóvenes rurales, urbanos, de provincias) sobre lo que piensan y esperan en cuanto al empleo, la economía, la política, la reconfiguración del Perú a partir de la pandemia. Noelia Chávez, creadora del término “Generación del Bicentenario”, señala que esta denominación es “un término políticamente potente, que ayudó a generar una identidad entre las diversas personas que protestaban en defensa de la democracia…La movilización social termina ayudando a resignificar el Bicentenario como las múltiples generaciones que a lo largo de la historia se han levantado para defender los valores democráticos y ciudadanos” (Entrevista a Andina, 21-11-2020).
Que esta conmemoración de los 200 años de independencia no sea un hecho simplemente recordatorio, sino que nos permita con la creatividad, fuerzas y nuevas formas de ver la vida de los jóvenes, lograr verdaderas trasformaciones.
P. Carlos Miguel Silva Canessa, SJ
Otoño 2021