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Edición Nº 15

El sur peruano, entre el conflicto social y el desarrollo
31 de enero, 2011

El proceso electoral regional y municipal ha marcado dos grandes escenarios: uno el de la continuidad de autoridades y otro el de los nuevos gobernantes; para los primeros ya no existirán los pretextos de desconocimiento del manejo estatal y, por lo tanto, se esperaría una mayor eficiencia en el gasto y la gestión de los problemas; para los nuevos se trata de recorrer nuevos caminos en los que debería primar la eficiencia y la profesionalidad en la gestión pública.

La tendencia principal para los gobiernos regionales y municipales ha sido votar por la renovación de las autoridades; esto no solo se ha tratado del cambio de personas sino también de las organizaciones políticas a las cuales representaban las autoridades. En el sur del país es un hecho que con la valla electoral muchos de los movimientos regionales y locales desaparecen, pero sus “lideres” no se resignan a no seguir participando en los procesos electorales y buscan crear un movimiento nuevo, recoger firmas para renovar su inscripción, o bien postular por una agrupación que la tenga vigente. El resultado es que algunos de estos personajes pasan por varios grupos y, si tienen suerte, alcanzan el cargo buscado.

En este contexto los conflictos sociales se han mantenido, o en algunos casos se han agudizado. Según la Defensoría del Pueblo, para el mes de noviembre, en la región se han identificado 76 conflictos sociales que representan el 30% de los identificados a nivel nacional, de los cuales 51 de ellos están activos, (30% del nivel nacional). Sin embargo, si solo se tiene en cuenta los conflictos a nivel de la región sur, el 67% del total se encuentran activos (porcentaje que duplica la cifra nacional) mostrando una situación que, para las autoridades recientemente elegidas, es por lo menos compleja.

De acuerdo con el tipo de conflictos, son los socioambientales los que tienen mayor importancia, y casi la mitad de ellos son de este carácter, expresando las contradicciones que se presentan por el uso de los recursos naturales, fundamentalmente para la minería: Tía María en Arequipa, Sallca Pucara en Cusco, Hidroeléctrica de Inambari en Puno y Madre de Dios, Quellaveco en Moquegua, Minsur en Tacna, entre otros

Los conflictos que se relacionan con las decisiones de gobierno son menos numerosos, pero no dejan de ser significativos, están los casos de la ejecución de la segunda etapa del Proyecto Majes Siguas, que enfrenta a los Gobiernos Regionales de Cusco y Arequipa; la distribución de recursos entre Abancay y Andahuaylas; protestas por la inadecuada gestión regional en Puno, entre otros.

Finalmente están los conflictos por demarcación territorial, que en algunos casos han llevado a graves enfrentamientos entre las poblaciones involucradas, situación que afecta a la mayor parte de unidades territoriales del país pero que, por su complejidad, su solución está muy lejos de ser alcanzada.

Frente a esta situación de conflictos se viene notando un importante desarrollo económico, no solo por el aporte del canon a la economía de los departamentos que lo reciben, sino por las inversiones privadas en otro tipo de actividad diferente a la minera.

Al respecto es importante señalar cómo las inversiones de los gobiernos locales han tenido un resultado positivo en la generación de fuentes de trabajo eventual y en el mejoramiento del nivel de ingreso para la población de las áreas rurales; situación que es importante para la población pero que ha resultado un problema para los productores agrarios, ya que ha encarecido la mano de obra para este sector.

También son significativas las inversiones en infraestructura de servicios, particularmente centros comerciales en Arequipa (3) y Juliaca (1). Mientras que en Vivienda, en casi todas las capitales departamentales y algunas ciudades intermedias, las inversiones inmobiliarias han crecido de manera significativa. En ambos casos estas actividades económicas están generando cambios significativos en los niveles de ingreso de la población.

Por otro lado, el incremento del comercio y turismo se verá reforzado con la culminación de la carretera Interoceánica Sur, que unirá las ciudades del sur-oeste brasilero con la región y, adicionalmente, fortalecerá los flujos con el mercado boliviano, constituyendo una importante oportunidad para el desarrollo económico del sur del país

Estos escenarios de conflicto social y crecimiento económico son los que deberán enfrentar las nuevas autoridades regionales y locales, en el marco de una estrategia de desarrollo territorial que privilegie la lucha contra la pobreza y la corrupción.

Publicado en enero 2011


Carlos Leyton Muñoz

Centro de Estudios para el Desarrollo Regional - CEDER

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