Presentación de la Ministra de Inclusión Social, Carolina Trivelli, en Huachipa 2012
La titular del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), Carolina Trivelli, estuvo presente en la reunión anual de los jesuitas, Huachipa 2012, donde expuso las metas y puntos clave a trabajar en su portafolio. A continuación, compartimos con ustedes parte de su ponencia.
Partamos de la definición de inclusión. En el Ministerio entendemos la inclusión social como el derecho de todos los ciudadanos a acceder a los servicios públicos de calidad y tener la capacidad de aprovechar las oportunidades de su entorno, en particular aquellas que abren crecimiento económico, permitiéndoles participar en la vida de su comunidad y de sus pueblos en condiciones de igualdad. Inclusión es llegar a ejercer plenamente la ciudadanía, dando oportunidad de participar en una vida productiva, social y política en condiciones de igualdad.
Este Ministerio intenta sentar las bases para mejorar el proceso de desarrollo e inclusión social en el país. El MIDIS recibió 5 programas sociales: Pronaa, Foncodes, y Wawahuasi, del Ministerio de la Mujer; y Juntos y Pensión 65, de la Presidencia del Consejo de Ministros. Estos programas trabajaban de manera independiente, sin nada que los una entre sí. Lo que buscamos es articular todos los programas para su mejor funcionamiento.
Sin embargo, estos programas presentan diversos problemas, entre ellos el de focalización, que va desde la atención a personas que no deberían atender hasta la no atención a personas que deberían recibir atención. Además, cada programa tiene reglas de focalización distintas y define su grupo de atención con prioridades e información diferente. Por ejemplo, el Pronaa usa el mapa de pobreza que hizo el Ministerio de Economía en el año 2001, y Juntos el del 2009.
Otro problema es que no existe un enfoque territorial, se actúa sin verificar qué hay en ese territorio, quiénes viven ahí, qué otros programas existen en la zona. También existe muy poca atención a las características de los usuarios, como si todos fueran iguales, sin diferencias culturales ni étnicas o de género. Sumado a esto, se da la dificultad que cada programa es una isla, se trabaja sin preguntar lo que hacen los otros.
Para cumplir los objetivos del Ministerio es importante adoptar un conjunto de lineamientos para nuestro trabajo, como es el profesionalizar la gestión social y mejorar el estándar de calidad de las prestaciones sociales. Para este punto es muy importante la participación organizada de la sociedad civil vigilando los programas. Los usuarios deben saber qué van a recibir, cuándo, por qué y hasta cuándo; y dónde quejarse, si es necesario. Asimismo, debemos incorporar acciones que respeten el criterio de interculturalidad y de género, reconociendo que las personas viven en entornos diferentes, con prácticas determinadas según la geografía y la cultura.
También es importante la articulación con los gobiernos locales y regionales; trabajar en alianza con las oficinas de desarrollo económico local, con las gerencias de desarrollo social de los gobiernos regionales, con las ONG, etc. En el trabajo con otros sectores del Estado tenemos varios círculos de articulación. El primero es Salud y Educación; en el segundo, donde se ven los temas de desarrollo, están Agricultura, Trabajo y Produce, pero también los Gobiernos Locales y Regionales. Y tenemos una red mayor de articulación con entidades de la sociedad civil que tienen actuación en las localidades.
Actualmente tenemos dos grandes campos de intervención complementarios: el referente al alivio de la pobreza y vulnerabilidad y el de la promoción del desarrollo. Requerimos un conjunto de programas de asistencia para aliviar las condiciones de pobreza y vulnerabilidad; pero el objetivo de fondo debe ser el desarrollo, que la gente pueda ganar autonomía.
Las acciones de corto plazo, que buscan un alivio temporal, son: atender la emergencia de la situación y permitir a las familias en situación de alta vulnerabilidad y pobreza invertir en lo que es el objetivo de la política social de largo plazo, esto último como lo primordial.
En el de mediano plazo se trabaja la promoción del desarrollo. Debemos lograr un cambio, crear oportunidades de emprendimientos, capacidades para fortalecer y promover el capital social, para participar en la política y ejercer ciudadanía. Esto lo podemos monitorear con un sistema de indicadores: los de corto plazo ven la reducción del hambre, pobreza extrema y reducción en la brecha de pobreza; los de mediano plazo evalúan cuántos logran superar la valla de pobreza extrema con sus propios ingresos, y cómo reducir la brecha de acceso a los servicios básicos, para que todos tengan agua, saneamiento, electrificación y comunicaciones. Para los objetivos de largo plazo los indicadores mostrarán si la Política de Inclusión Social avanza.
Existen 4 circunstancias que están fuertemente asociadas para identificar a las poblaciones más excluidas: ruralidad; hablar una lengua distinta al castellano; que la madre o jefa de hogar tenga primaria incompleta, o menos; y que se encuentre en el 20% más pobre del Perú. Si tiene 3 de estas circunstancias, la probabilidad de enfrentar situaciones de extrema vulnerabilidad y pobreza es del 96%. Este grupo es el 16% de la población del Perú.
No podemos seguir con programas asistenciales de los cuales nadie sale y nadie logra mejorar sus condiciones.
Para que este grupo vea un cambio en la situación que enfrenta existe un conjunto de procesos: (1) crear el Sistema Nacional de Desarrollo e Inclusión Social (SINADIS), espacio que obliga a otros sectores a priorizar con el MIDIS; (2) trabajar con la estrategia denominada “Crecer para Incluir”, que verifica dónde aparecen oportunidades derivadas del crecimiento y desarrollo económico local para insertarle un componente de inclusión social y de inversiones, lo que permita a este grupo tomar ventajas de ese crecimiento; (3) la instalación del Sistema de Seguimiento y Evaluación de todas las intervenciones; (4) la creación del Sistema de Gestión de Usuario como base de datos única, pues actualmente los programas no poseen esta información o se encuentra desactualizada; lo último (5) es el avance de los estándares de calidad, a través de la Dirección General de Calidad de las Prestaciones del Vice Ministerio de Prestaciones Sociales.
En este año tenemos básicamente dos grandes tareas. Para la primera debemos evaluar y reestructurar los programas sociales, tanto el Pronaa como Wawahuasi. Esta reestructuración terminará en junio y habrán cambios importantes. Además, tenemos que incrementar casi en 50% el número de hogares que recibe Juntos y crear el programa Cuna más, que viene a ser la versión rural de Wawahuasi; Pensión 65 debe agregar unos 100 mil adultos mayores al programa, a quienes también se les dará un paquete de servicios en zonas de pobreza extrema; en Foncodes debemos incentivar la realización de proyectos estratégicos para beneficio de las localidades; y está el Pronaa, con casi un millón de usuarios del programa infantil de nutrición y 3 millones de niños en el programa de desayunos escolares. A esto le sumamos tres tareas transversales: operar de manera conjunta, mantener la calidad como principio rector y saber con quienes estamos trabajando.
La segunda tarea, enfocada al desarrollo, comprende: que Foncodes realice más inversión productiva y menos inversión en infraestructura social; el inicio de la articulación intersectorial en 18 provincias; el lanzamiento de una estrategia de inclusión financiera; y, por último, el inicio de una estrategia de egreso de usuarios de algunos programas. En este punto, si las condiciones materiales del usuario no han mejorado, se busca darles alguna alternativa de inserción en oportunidades de empleo; pero si existen personas del programa que han mejorado un poco, necesitamos asegurar que van a mantener sus condiciones y mejorarlas.
No podemos seguir con programas asistenciales de los cuales nadie sale y nadie logra mejorar sus condiciones. Es muy importante trabajar el desarrollo social, no solo la asistencia. El Ministerio, por sí solo, no va cambiar las condiciones y las oportunidades de ese grupo. Este Ministerio se está ruralizando y eso nos obliga a presionar al Ministerio de Agricultura, y a sus programas de Desarrollo Rural, y a los Gobiernos Regionales, que tienen la rectoría y la competencia en materia de desarrollo agropecuario en su región.
Publicado en abril 2012
Carolina Trivelli
Economista con especialidad en temas de pobreza, políticas sociales y desarrollo rural. Primera Ministra de Desarrollo e Inclusión Social.