Entrevista al Ministro de Cultura, Juan Ossio
Por Diana Tantaleán Calderón
Apostolado Social
El titular del nuevo Ministerio de Cultura nos habla sobre la responsabilidad y la visión que tiene de su actual cargo.
Hacerme cargo de este Ministerio es complejo porque integra instituciones que vienen de distintas áreas, algunas vienen del Ministerio de Justicia, otras de la Presidencia del Consejo de Ministros o del Ministerio de Educación.
Estas áreas tienen que ver con distintos aspectos de la cultura, y los dos aspectos centrales donde están enmarcadas son el patrimonio cultural y el área del viceministerio de interculturalidad, las cuales buscan tender puentes entre las diversas culturas que conviven en nuestro país.
Somos un país esencialmente centralista, estamos haciendo un esfuerzo por descentralizarnos, y era necesario porque esta situación ya no se podía mantener, degeneraba unas asimetrías terribles, las que son causa de buena parte de los conflictos sociales que tenemos. Es imprescindible tener un área donde podamos construir puentes entre los distintos sectores culturales, así podremos ir construyendo un país donde las tendencias discriminantes que se han dado en el pasado las vayamos dejando de lado. En la medida en que comencemos a trabajar y a tratar de entender y abrirnos a las distintas culturas, entonces comenzaremos a socavar esas tendencias discriminantes que han existido en el pasado y que son fuente de la mayor parte de nuestros males.
Nuestro país es tan diverso que tenemos hasta poblaciones, en pleno siglo XXI, que viven absolutamente aisladas, no usan ropa, se dedican a la caza, a la pesca, a la recolección y no tienen conocimiento de lo que es la cultura nacional, menos de la globalización; entonces ¿cómo interactuar con estos pobladores? ¿Cómo tender puentes? Nuestro país es un escalonamiento de pueblos, unos más aislados de otros, la gradiente es muy grande entre los que viven en aislamiento y los que participan más de los valores de la cultura nacional. Ahí tenemos un desafío muy fuerte. Desde este Ministerio comenzaremos a gestar las bases para que se abra la comprensión de la naturaleza de nuestro país y desarrollar políticas que sean consonantes con esta realidad pluricultural que tenemos.
Eso ya se ha comenzado ha trabajar pero desde las áreas donde surgió este Ministerio, como es el Ministerio de Educación, que viene trabajando en la educación bilingüe y bicultural desde hace muchísimo tiempo atrás, y busca adecuar nuestro sistema educativo a las formas variadas de cultura que existen en nuestro país. Ya hay conciencia de afianzar los conocimientos tradicionales de los pueblos de origen vernácula, y a partir de ahí acercarlos a los valores de la cultura nacional, enseñarles a leer y escribir, que son los instrumentos básicos para poder participar en los procesos culturales que se dan a nivel global. Se hace lo mismo en el campo de la salud, donde hay mayor preparación. Nos falta trabajar en nuestros Magistrados del Poder Judicial para que se familiaricen con los patrones de derecho tradicional de estos pueblos, para tratar de armonizar nuestras legislaciones y los juicios que ellos se forjan, teniendo presente el contexto cultural de estas poblaciones.
En el campo de la educación se ha avanzado más pero tenemos que ir preparando a nuestras poblaciones a incorporar los conocimientos de las nuevas tecnologías que les permitan mejorar sus formas productivas, pero para dar los nuevos instrumentos para el desarrollo de estos pueblos tenemos que comprender su idiosincrasia, de lo contrario difícilmente comprenderán lo que significa el manejo de un tractor, el uso de fertilizantes y el uso de una serie de recursos técnicos que nos brinda la modernidad para mejorar nuestras actividades productivas.
Es simplemente hacer colaboración con las personas que están más cercanas, tenemos que acercarnos a ellos; se han acercado los misioneros, los maestros de escuela, gente que tiene un conocimiento, están los antropólogos, los sociólogos. Hoy por hoy toda actividad de las industrias extractivas que están en las inmediaciones de estos poblados, se ve en la necesidad de contratar expertos que permitan tender puentes con estas poblaciones, los mismos empresarios tienen que empaparse un poco de la idiosincrasia de estos pueblos; porque si no existen diálogos les puede resultar muy onerosa la actividad que están desarrollando. Apagar un incendio es más costoso que prevenir que este incendio ocurra. Y solamente se pueden prevenir cuando se tienden las bases para un verdadero diálogo.
La cultura es todo, si nos dedicamos a hacer todo entonces no me alcanzaría el tiempo para ocuparme de las cosas específicas, lo que tendría que hacer es coordinar, establecer alianzas con otros Ministerios. Nosotros estamos dispuestos a cooperar con los sectores del Ministerio de Educación que están trabajando en educación bilingüe y bicultural, y darles los instrumentos necesarios para que puedan desarrollar su actividad de una manera más eficiente.
Esa es la filosofía de la conquista de Norteamérica, en la que más fácil es exterminar las poblaciones indígenas que instruirlas para poder forjar su desarrollo. Yo creo que esa es una posición totalmente equivocada; todos los seres humanos, en la medida que se les da los instrumentos para aprender aprendemos, hay que saber proporcionar esos instrumentos. Todos tenemos las mismas capacidades intelectuales; existen distintas culturas pero eso no significa que uno tenga menos capacidades intelectuales ni menos capacidades cognitivas. Ahora, es cierto que en las actuales circunstancias nos llevan más ventaja las culturas que participan más de la globalización, porque la globalización es la que maneja las reglas del juego actualmente, y quien maneja las reglas del juego obviamente se encuentra en una posición más privilegiada. Debemos diseñar métodos para que esas reglas del juego puedan llegar a todos los sectores, inclusive los que se encuentran en aislamiento, así podrán participar de las bondades de este mundo que se globaliza. Hay que transmitir este tipo de conocimientos pero sin hacerlos sentir inferior, de lo contrario caeremos en un problema mucho más grave como es la pérdida de la personalidad cultural, esa es la pérdida de la identidad, y debemos evitarlo por todos los medios. Yo creo que es posible conciliar la tradición con la modernidad.
No, lo que estoy tratando de decir es que en todos los pueblos hay una posibilidad para que ellos, con lo que tienen, puedan participar dentro de los procesos que se dan en el mundo entero. Desarrollar sus actividades de corte tradicional y aprender las cosas nuevas para participar en el mundo moderno. Existen comunidades que mantienen sus viejos rituales, sus viejas técnicas, pero que han aprendido la actividad del comercio y venden sus quesos, venden sus carnes y participan plenamente de la economía nacional. Otros grupos amazónicos han aprendido el valor comercial que tienen algunos productos, entonces por un lado se dedican a la caza, la pesca y la recolección, pero han descubierto que las castañas tienen un valor en el mercado, entonces se han dedicado a comercializar la castaña. Mantienen sus valores tradicionales, sus formas de vida, pero ya participan en la economía de mercado, sin perder sus conocimientos tradicionales y manteniendo su identidad cultural, así pueden acceder a nuevos servicios, a las nuevas bondades del mundo globalizado. Tienen avionetas, viajan en ellas y mueven sus recursos económicos, pero llegan a sus chozas, se visten como nativos, tiene sus creencias religiosas, no han perdido ese tipo de valores. Eso es lo que yo llamo conciliar la tradición con la modernidad.
Ellos tienen un gran conocimiento de su territorio, de las bondades de sus recursos naturales; han descubierto muchos productos que ahora son parte de la medicina académica. Lo que no conocen es cómo comercializar los bienes culturales que tienen porque no saben las reglas del mundo globalizado. Ahí es donde se debe buscar una empatía entre esos conocimientos tradicionales con el técnico moderno, que les puede dar los instrumentos para que puedan darle un valor añadido a sus productos. La única manera de lograr eso es a través del diálogo; que se combinen sus conocimientos con los conocimientos del mundo moderno, entonces esos conocimientos van a ser interiorizados por algunos miembros de su grupo a los que se les abrirá las oportunidades para ir a estudios superiores y ellos se convertirán en los técnicos de sus propios grupos, manejando la tradición y la modernidad, eso yo creo que es posible y se ha hecho ya en muchísimas partes.
Publicado en enero 2011
Juan Ossio
Antropólogo. Primer Ministro de Cultura.