El Titulo de esta nota que me han sugerido está cargada de varios temas que requieren de reflexión: ¿En qué consiste inclusión social? ¿Tiene sentido hablar de Lima Región? ¿Inclusión Social cambia de sentido en una perspectiva regional?
Para comentar las dos últimas preguntas es necesario saber qué entendemos por Inclusión Social. Corremos el riesgo de reducir el enfoque de Inclusión Social al alivio de la pobreza, medida en indicadores del INEI como ingresos, nivel de nutrición, matrícula escolar, agua y luz domiciliarias, número de aparatos electrodomésticos, entre otros. Nadie duda que para vivir mínimamente bien en el mundo moderno estos bienes son importantes. Pero Inclusión Social significa más que mantener la nariz por encima de la línea de pobreza. De hecho, la visión limitada de Inclusión Social es un reflejo de la visión limitada predominante de las políticas sociales. El pensamiento único, el contrabando ideológico que penetró nuestra sociedad con el neoliberalismo, redujo el rol del Estado a un simple servidor del mercado, y reduce las políticas sociales a alivio de la pobreza y no políticas para el desarrollo de las personas y de la sociedad. Es el mercado el mecanismo, y no el Estado, el principal responsable del desarrollo.
Inclusión Social debe recuperar su pleno sentido, como lo deben hacer las políticas sociales. Los programas de inclusión social como Barrio Mío, y la atención Primaria Infantil, y los programas centrados en mejorar las condiciones de vida en el Cercado, son todos justos y necesarios. Sin embargo, las políticas de inclusión social deben tener como una de sus metas principales, no solo la sobrevivencia y reducción de la pobreza, sino la inclusión en la gestión política, en la planificación y realización del desarrollo local integral, sostenible en armonía con el medio ambiente y los recursos naturales. Utilizando conceptos de Sinesio López[1], los programas de inclusión social deben contribuir a que “la Ciudadanía Social”, inconclusa según López, se convierta en ciudadanía plena, social, cívica y política.
Sin embargo, una política de Inclusión Social integral requiere de condiciones sociales, económicas y políticas que Lima Metropolitana aún no tiene. Solo se puede hablar de inclusión social en un territorio en el que es factible pensar en el desarrollo integral, es decir un desarrollo sostenible que abarca todas las dimensiones: económicas, políticas, sociales, culturales, ambientales. Es decir, se necesita un territorio que reúna las condiciones necesarias para tal tipo de desarrollo y gestión política. Lima Metropolitana funciona dentro de un escenario forzado al no contar, como las otras capitales de regiones y ciudades emergentes, con actores y recursos necesarios. Hay una larga historia que explica por qué nuestra ciudad metropolitana está cercenada de las 9 provincias del departamento y de la Provincia Constitucional del Callao.
Lima Metropolitana ha sido considerada como el enemigo de los departamentos y de sus propias provincias, que en referéndum se negaron a formar una reunión con su ciudad capital, y crearon ese engendro llamado Región Lima, que no tiene condiciones para funcionar como territorio de desarrollo. Y la Provincia del Callao, con sus tradiciones, y sobre todo con los ingresos muy superiores a los de Lima Metropolitana (7 a 1), no se integrará a Lima. Lima Metropolitana siempre ha sido considerada como el obstáculo a la descentralización y por ende enemiga de las regiones. Lo peor de todo es que los limeños han asimilado este sentimiento de aislamiento del resto del país, cuando el análisis concreto de las relaciones y flujos entre Lima y las regiones muestran lo contrario.
No hay espacio para discutir las relaciones que existen entre la metrópoli y el resto del país, pero los flujos interregionales con Lima y con Callao son cada vez más intensos. Para desarrollar estos flujos y sus potencialidades es un avance que Lima Metropolitana tenga su propio Programa de Gobierno Regional. La Alcaldesa misma ha asumido su puesto en la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales; y con la elección última del nuevo presidente, César Villanueva, de San Martín, las miradas hacia Lima empiezan a cambiar. Por ende, las condiciones para lograr la Inclusión Social integral son más favorables. Las coordinaciones existentes entre Lima Metropolitana, la Provincia del Callao y las Provincias de Lima son un avance hacia la formación de la Gran Región Lima-Callao, territorio en el que la Inclusión Social plena es una posibilidad.
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[1] López Jiménez, Sinesio, 1997, "Ciudadanos Reales e Imaginarios: Concepciones, desarrollo, y mapas de la ciudadanía en el Perú", Instituto de Diálogos y Propuestas - IDS, Perú, 537 pp.
Publicado en abril 2012
Jaime Joseph
Sociólogo e investigador.