Inundaciones en Piura, una constante que no se corrige

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La ciudad de Piura, hasta enero del 2017, tenía una serie de problemas: el mal estado de las pistas, la falta de agua potable, la falta de un hospital de alta complejidad, el deficiente recojo de basura y la inseguridad. De un día para otro todo eso se multiplicó. Ahora, cientos de personas no tienen casa, otras tienen el agua hasta las rodillas y todos padecen por la falta de algunos alimentos, agua, energía eléctrica y transporte. ¿Cómo llegamos a esta situación?

En 1983 nadie advirtió la posibilidad de la llegada de El Niño. Los piuranos, estoicamente, soportaron seis meses de lluvias y la ciudad quedó destruida. No había comunicación con el sur y tampoco con el norte, y en el extremo de la necesidad hasta las gelatinas y caramelos desaparecieron. Fue un Niño extraordinario, de gran magnitud. En ese entonces se dijo que se repetiría después de cien años, sin tener en cuenta que en 1972 el río Piura invadió todo el sector oeste de la ciudad y como zona de refugió se creó el asentamiento Los Algarrobos. Luego llegaron otros eventos de menor intensidad en 1987 y 1992, entre otros. Después de 1983 se habló de la reconstrucción, y la obra más emblemática fue la defensa del río Piura. Se construyeron tabla-estacas que luego se clavaron a ambos lados del río, desde el actual puente Cáceres hasta el puente Bolognesi. En Sullana se construyó el Canal Vía, obra que funciona muy bien y evita la inundación de esa ciudad porque recoge las aguas de parte de Cieneguillo y las lleva al río Chira. Pero el pasado miércoles 22 se desbordó.

En 1998, la situación fue diferente. El puente aéreo se estableció con Tumbes. Hubo afectados, se cayeron los puentes, pero el impacto fue menor porque desde julio de 1997 se trabajó en la prevención. Cuando terminó la lluvia no se habló de reconstrucción. Desde entonces la ciudad ha crecido sin tener en cuenta el mapa de riesgos que fue elaborado para esta ciudad. Se ha dado permiso a la población para que construya en zonas en las cuales, todos los especialistas, han indicado que son inhabitables como Los Polvorines, Quebrada El Gallo, Las Dalias y otras. Además, varias urbanizadoras han vendido terrenos con “drenaje pluvial”, pero que no funciona o que perjudica a los asentamientos vecinos.

En el 2015 se anunció un gran Niño para el 2016. Se invirtió en prevención aproximadamente 212 millones de soles, pero a nivel urbano no se hizo nada. Se ha dicho que se ha limpiado el cauce del río Piura. Sin embargo, con menos de dos mil metros cúbicos por segundo, la ciudad está en riesgo, a diferencia de lo ocurrido en 1998, en que se pasaron los 4400 metros cúbicos y no hubo desbordes en la ciudad, pero se afectó el Bajo Piura[1]. Si ahora se llegara a esa cantidad probablemente gran parte de la ciudad quedaría bajo el agua. Ello porque no se ha invertido en la limpieza del cauce y en darle al río una salida al mar. Esa es una tarea pendiente para la reconstrucción. Lamentablemente la prevención del 2015 no se refleja en el 2017, como sí sucedió en 1997- 1998.

Ahora que tanto autoridades como población saben que se han cometido una serie de errores en el crecimiento de la ciudad, se presenta la oportunidad de que cada pista, colegio, centro de salud, puente o vereda que se construya sea pensada, planificada y adaptada para un Niño superior a este. Ahora existe la data y se conocen los caudales, las pendientes, las intensidades de las lluvias en cada distrito y en cada zona de la ciudad. La tecnología es la aliada. No caben más obras que intenten acortar el cauce de ríos y quebradas. No funcionan. Este año se ha demostrado por tercera vez.

No se conoce la cifra exacta de damnificados porque este evento aún no ha terminado. Cada día hay un nuevo pueblo aislado, más casas caídas, urbanizaciones bajo el agua y miles de personas sin hogar. Ahora están en refugios temporales, pero esa no es la solución. Les toca a los alcaldes buscar zonas seguras y habilitarlas para reubicarlos, pero debe respetarse el mapa de peligros. Esa debe ser la guía para la expansión urbana.

Si bien este evento no fue advertido -entre octubre y enero había una gran sequía-, Piura tiene que prepararse para que en cualquier momento ocurra un fenómeno similar porque ha ocurrido desde siempre y ha afectado a las antiguas civilizaciones, como los Moche y Los Tallanes, y con toda seguridad este no será el último.

REALIDAD HÍDRICA DE PIURA

Información del Ing. Ricardo Pineda
(Centro de Investigación y Promoción del Campesinado – CIPCA, Piura)

> Clima “normal”: desierto per-árido (más que árido), con temperaturas hasta 40ºC, precipitaciones que no llegan a los 10 mm/año y vegetación eminentemente desértica.
> ¿Qué altera o modifica esta situación?: el Fenómeno El Niño (FEN) y el “Cambio Climático”.
> El FEN trae lluvias intensas, calor sofocante, plagas, enfermedades, infraestructura destruida, etc. Pero promueve la regeneración del bosque seco, el llenado de los reservorios, crecimiento de pasturas, etc.
> El Cambio Climático, por ser una condición aleatoria, se superpone sobre el FEN y lo desubica en espacio, tiempo e intensidad.
> Piura posee la mayor estructura hidráulica en el país, con dos grandes reservorios: Poechos y San Lorenzo, capaces de irrigar más de 200 mil ha. de cultivos, siendo el arroz el que más área ocupa, seguido del banano, limón, mangos, uva y caña.
> Esta infraestructura se encuentra muy deteriorada, sin cumplir los plazos ni las especificaciones técnicas de manejo, mantenimiento y conservación, por lo que la inversión requerida para su rehabilitación es muy grande.
> El Programa de Formalización de Derechos de Uso de Agua, a nivel regional, ha expedido cerca de 150 mil derechos de uso de agua a los agricultores de las cuencas de Piura, Chira y Alto Piura.
> En base a una evaluación de las disponibilidades del recurso hídrico en todas estas cuencas, y la revisión de las demandas de agua de los agricultores en función a sus cultivos, se hizo el reparto proporcional con su acreditación respectiva.
> Las cantidades de agua asignadas varían de acuerdo a la mayor o menor disponibilidad en cada valle.
> Sin embargo, estos derechos no son invocados ni reclamados por los agricultores, ni casi tomados en cuenta por los administradores y distribuidores del recurso.
> También existe el Grupo de Trabajo del Consejo de Recursos de la cuenca Chira-Piura, que elabora el plan calendarizado del uso de agua disponible durante todo el año, repartido mensualmente, tomando en cuenta los derechos de uso.
> Sin embargo, en la realidad, el reparto se hace en función de las circunstancias y las presiones ejercidas en cada momento.
> La salinización de los suelos es un proceso natural que se presenta en todos los suelos de las irrigaciones.
> Se da porque toda agua que se aplica contiene sales, en el mejor de los casos medio kilo por m3 (pudiendo llegar a ser el doble o cuádruple, dependiendo de la cantidad y calidad del agua).
> El cultivo de arroz ingresó a Piura hace 40 años, como medida de corrección de suelos salinizados por el cultivo del algodonero.
> El razonamiento era que, al aplicar grandes volúmenes de agua al arroz, determinaría un lavado de la sal acumulada en estos suelos (en ese momento las áreas salinizadas no eran significativas).
> Al dar el cultivo de arroz mejores resultados económicos con menor esfuerzo, el cultivo se propagó en la región.
> El riego por inundación del arroz ha producido, y sigue produciendo, una degradación feroz de los suelos por salinización y elevación de la napa freática.
> Desde hace muchos años existe la metodología del riego intermitente para cultivar arroz, el cual consiste en no dejar que el terreno se inunde.
> Este sistema se viene aplicando en Alto Mayo (San Martín) y en Chepén (La Libertad), en el Molino “El Cholo”, obteniendo muy buenos rendimientos.

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[1] Mientras esta publicación estaba en su fase de impresión, el río Piura alcanzó los 2900m3/seg., siendo afectada la ciudad de Piura y zonas cercanas. [N. del E.]

Otoño 2017


Teo Zavala Palacios

Periodista del diario El Tiempo – Piura

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