Entrevista a Rosbil Guillén Quispe, paratleta
Por Diana Tantaleán C.
Apostolado de Justicia Social y Ecología
Rosbil Guillén nació hace 27 años en Huaycará (Huancavelica). En el 2010 un accidente laboral provoca la pérdida de su vista y, luego de asumir su nueva realidad, y con mucho entrenamiento, se convierte en paratleta, ganando la medalla de oro en los 1500 metros en los Juegos Parapanamericanos Lima 2019.
En esta entrevista telefónica él nos comparte las dificultades que percibe en nuestra sociedad para las personas con discapacidad.
Mi accidente fue en Huancayo. Trabajaba como ayudante en una mina ilegal y una explosión de dinamita me quemó los ojos, yo tenía 18 años.
Luego del accidente fui trasladado a Ayacucho y después a Lima, donde me hospitalizaron en el Arzobispo Loayza.
En Lima transcurre todo mi tratamiento hasta recuperarme físicamente. Cuando me dieron el alta me tuve que ir a Ica, con todos mis familiares, pues mis hermanos vivían allá. Ahí viví largo tiempo.
Durante los primeros años fue difícil para mí aceptar la discapacidad física, aceptar vivir esta vida ante la sociedad. Pero poco a poco fui encontrándole sentido a la vida y seguí hacia adelante.
Nosotros le llamamos rehabilitación y adaptación a la sociedad, y fue en el 2015, cuando me voy a vivir a Lima con mi hermano. Ahí estuve en un centro de rehabilitación para ciegos, llamado CERCIL, en Surco. Tuve que estudiar lo que es el braille y la accesibilidad a la tecnología (que se usa bastante ahora). He llevado rehabilitación para ser independiente y no depender de otra persona para hacer mis quehaceres, como lavar ropa, cocinar, u otras cosas.
Luego de perder la vista subí mucho de peso, un sobrepeso extremo, pero a mí me gustaba hacer deporte antes del accidente. Cuando estuve en el centro de rehabilitación para ciegos, en Lima, los guías voluntarios me invitaron a correr, poco a poco; y cuando fui mejorando mi marca personal, que era 5 mil, 10 mil metros, me gustó. Y llegué hasta el nivel competitivo.
Tengo tres años entrenando. Durante dos años y medio entrené en Lima, pero desde febrero de este año estoy entrenando en Huancayo.
Durante el trayecto hasta los Parapanamericanos, la verdad es que no conté con ningún apoyo. Aún ahora [fines de octubre] sigo luchando para que me den la retribución económica que me corresponde como medallista de oro. La verdad es que ponen trabas y a veces desanima seguir avanzando, pero ya antes he luchado, sin ningún presupuesto, de ningún lado… El apoyo de muchos voluntarios me ayudó, esa es la verdad. Pero apoyo del IPD, no.
Hay muchos mitos, como el que una persona ciega no podrá hacer deporte; te ven limitado para muchas cosas. Eso es lo que yo encuentro más en la sociedad, la falta de respeto.
En la capital se está avanzando un poco más, aunque falta bastante. Pero en provincias es más difícil desplazarse solo. En Lima puedo caminar solo a todos lados, puedo desenvolverme mejor. En provincias falta accesibilidad, infraestructura, falta trabajar bastante, sobre todo en inclusión.
En Lima falta mayormente el acceso al transporte público, las señalizaciones para personas con discapacidad, líneas podotáctiles para las veredas, rampas para personas en sillas de ruedas, y más respeto por parte de todos los transportistas y la sociedad. Se necesita trabajar bastante.
En Miraflores, o algunos lugares de Lima, existen algunas líneas podotáctiles o semáforos que te pueden avisar para cruzar la calle, pero en Santa Anita, La Molina, Chosica, otros municipios, es súper complicado, no se puede caminar, falta señalización.
Sólo aquí en el campamento, donde estamos todos los maratonistas, y en el estadio, en otros lugares no.
Ahora que estoy en Huancayo, si no tengo alguien que me acompañe, no puedo salir a ningún lado. Mayormente dependo de mis guías, ellos son los que me acompañan a todos lados.
Mayormente, el ser aceptado, no sólo como una persona con discapacidad, sino como cualquier ser humano. Hay muchos mitos, como el que una persona ciega no podrá hacer deporte; te ven limitado para muchas cosas. Eso es lo que yo encuentro más en la sociedad, la falta de respeto.
Lo que afecta a la persona con discapacidad en todo lado, en la universidad, en el trabajo, la mayor dificultad que encontramos, es ser ignorados por muchas personas.
Antes de los Parapanamericanos se ignoraba lo que era el deporte avanzado para personas con discapacidad, como es el paratletismo. No solamente estoy yo, existen otras personas con discapacidad física, que no pueden mover los brazos o no se pueden poner de pie, pero compiten en natación. Es admirable.
Nosotros no éramos conocidos, pero ahora se ha visto reflejado que el deporte no tiene limitaciones, estamos más visibilizados, en eso las redes sociales influyen bastante en los medios de comunicación. Ganas una competencia y es noticia internacional, y ahí recién se conoce que un invidente puede correr. Quizá en las regiones no sabían. Así se va difundiendo, se va sabiendo; se van quitando los mitos sobre que un invidente es un "pobre cieguito", cambia la mentalidad de las personas, incluso la de los niños.
Sí. En el 2018 para buscar la clasificación para los Parapanamericanos de Lima 2019 tuve que viajar a Barranquilla (Colombia), y este año viajé a Sao Paulo (Brasil) por competencia, donde saqué medalla de plata en 5000 metros y medalla de oro en 1500 metros. También estuve en Estados Unidos, Nueva York, en 2017 para una maratón.
La diferencia con otros países es abismal. En Nueva York, cualquier persona, al ver a alguien con discapacidad, es presto en apoyarlo a cruzar una pista, por más que esté lejos. Y la accesibilidad es mucho mejor en todo, en el transporte, incluso las puertas de los hoteles tienen braille. Todo es diferente.
En Brasil es igual, todos los estadios, líneas y taxis especiales para nosotros. En Colombia, también he encontrado bastante diferencia en el respeto hacia las personas, una actitud normal de la sociedad, y lo medios de transporte bastante ordenados. Porque aquí en Perú, tú vas caminando en la vereda, y te tocan la bocina, que es horrible, y que a nosotros como invidentes nos afecta mucho. En otros países no escuchas las bocinas de los carros así no más.
Falta mucho. De hecho, cuando yo he estado, lo que falta es enseñarles a los doctores cómo orientar a las personas con discapacidad. La intensión la pueden tener, pero no saben cómo hacerlo. Falta capacitación para saber cómo orientar a un invidente o a una persona en silla de ruedas.
Nosotros tenemos entidades que nos representan, pero en oficinas, no donde los necesitamos para trabajar, para hacer cumplir las leyes que se han dado. Porque tenemos leyes, pero en papeles, porque no se cumplen.
Tenemos representantes del Ministerio de la Mujer, porque nosotros [las personas con discapacidad] pertenecemos ahí, y al CONADIS[1], OREDIS[2], OMAPED[3], centros municipales y regionales que no trabajan coordinadamente con las personas con discapacidad.
Y a la sociedad le pediría apoyar a las personas con discapacidad, pero no por compasión, sino porque es necesario hacerlo, pues no sabes si un día vivirás la discapacidad. Y romper todos los mitos. Todos somos iguales: todos somos humanos, respiramos, comemos, sentimos; solamente no vemos o tenemos otra discapacidad.
---------------------------
[1] Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad
[2] Oficina Regional de Atención a las Personas con Discapacidad
[3] Oficina Municipal de Atención a la Persona con Discapacidad
Verano 2019-2020
Rosbil Guillén Quispe
Paratleta nacional con discapacidad visual. Ganador de la Medalla de oro en los 1500 metros en los Juegos Parapanamericanos Lima 2019.