Entrevista a la Hna. Fani Díaz
Con más de 15 años de trabajo docente, la Hna Fani Díaz Cruz sigue firme en sus convicciones e ideales de seguir ayudando a formar niños felices, bien nutridos y con buen rendimiento académico. Como directora del Fe y Alegria 50 desde hace más de ocho años, Fani se encarga de que los estudiantes, las familias y toda la comunidad estudiantil, pueda recibir ayuda en su alimentación, formación y estudios.
En esta oportunidad, hablamos con ella sobre la forma en que el Fe y Alegría trabaja en la lucha contra la anemia desde las diversas iniciativas de sus instituciones en Ayacucho.
¿Cómo inició su trabajo por la lucha contra la anemia de los niños y niñas del Fe y Alegria?
El Padre Francisco Chamberlain trabajó mucho tiempo aquí en Ayacucho. Vio la necesidad de los estudiantes y, a través de un grupo de amigos, contactó una ayuda solidaria para proveer almuerzos para el colegio. Sobre esto es lo que trabajamos nosotros. Intentamos que la alimentación tenga mayor impacto en la educación, porque si un niño no está bien alimentado no va a tener buenos resultados académicos. En esto se basa el trabajo del colegio Fe y Alegría 50, donde soy directora. En cambio, el Instituto Superior Fe y Alegría 60 se encarga del tema de refrigerios con las galletitas, gomitas y marshmallows fortificados. Estos alimentos se los estamos dando a un grupo de estudiantes de nivel secundario; ya que, casi no traen sus loncheras, porque nuestros alumnos son provenientes de familias que comerciantes, artesanos o vendedores.
Más allá de su rol como entidad educativa ¿De qué otra forma el Fe y Alegría se involucra a la comunidad a la que pertenece?
Nuestro vínculo con la comunidad y con todo su entorno es muy importante para nuestra institución. Este trabajo lo vemos reflejado en el tema de las familias y los valores que trabajamos con ellos. Como Fe y Alegría, tenemos un pilar de valores que se van inculcando en ellos para que mañana sean personas que puedan aportar también a la sociedad. Y lo vamos viendo en el grado de confianza que se va manifestando entre nosotros y nuestros alumnos, en el acompañamiento que le damos a la familia, el soporte emocional que les hemos brindado durante de la pandemia y ahora en la postpandemia también. Es así como trabajamos: tratando de apoyarlos de manera personal y familiar, así como ayudándolos en sus necesidades y dificultades.
Dentro de esta forma de relacionarse y apoyar el desarrollo personal y emocional de los niños ¿Cuál es la importancia de la alimentación en la formación de los niños del Fe y Alegría?
Hoy más que nunca, en el tema familiar, son muy escaso los recursos económicos y los trabajos. Entonces, si no velamos por la alimentación de nuestros alumnos, en las aulas vamos a tener niños que se distraen con facilidad, con un bajo nivel intelectual, que se duermen en clase, o que simplemente no les importa estudiar.
Es así como nosotros, trabajando en la alimentación del niño, nos aseguramos de que no esté con el estómago vacío y pueda tener un mejor desempeño académico. Nos hemos dado cuenta de que los resultados son diferentes, de niños que no han sido permanentes en el almuerzo, como con otros que si lo están siendo. Los papás están agradecidos, pues favorece a su desarrollo físico, emocional y de aprendizaje. En ese sentido, veo que estamos contribuyendo con ellos.
¿De dónde nació esta iniciativa de crear galletas, gomitas y marshmallows para luchar contra la anemia y desnutrición infantil?
Seguramente has escuchado que en Ayacucho hay un joven que ya ahorita ha patentado sus galletitas. Se llama Julio Garay. Este chico inició sus estudios en el Instituto Fe y Alegría 60, de la comunidad de Pampa Cangallo, una provincia donde había mucha anemia. El doctor de la posta de la comunidad le hizo ver que había esa necesidad e invitó al instituto a pensar en algo que pudiera mejorar la situación. Entonces, como en el instituto hay un camal donde cada semana se matan animales, les preguntó qué hacen con la sangrecita. Me imaginó que les dijo que lo desechaban. Entonces fue que les propuso crear los suplementos de sangre bovina.
¿Qué tipo de necesidades y obstáculos han encontrado a la hora de impulsar estas iniciativas?
Uno de los obstáculos que yo he encontrado es que los papás no priorizan la alimentación de sus hijos. Les da lo mismo si comen bien o no. El otro es el tema económico. Si no tuviéramos esta ayuda de los amigos de Francisco, desde Estados Unidos, y el aporte que dan los niños y niñas que van al comedor, no sería posible brindar los almuerzos que ofrecemos. En la actualidad, para conseguir lo que antes se compraba con 100 soles en el mercado, se debe invertir tres o cuatro veces más. Ya nos estamos preguntando que, si ya no nos apoyan ¿cómo vamos a seguir encargándonos de su alimentación?
¿Cómo han realizado el trabajo con los padres sobre estos temas de alimentación, desnutrición y anemia?
En los ocho años que tengo en el colegio, he visto que se tiene un trabajo progresivo para que los padres se comprometan más con la educación de los hijos. Por ejemplo, nosotros tenemos reuniones mensuales para ver, no solamente temas académicos, sino también de tratos con ellos. En el año hemos programado la ayuda o la asistencia de los padres. Asimismo, hemos estado trabajando sobre la crianza amorosa con sus hijos, para lo que tenemos la ayuda de diversas organizaciones, como el Centro de Emergencia Mujer, Unicef y diversas organizaciones y profesionales. Los mismos profesores que van trabajando con su grupo de papás comentan que son un 80% a 90% los que responden. Son muy pocos los que no participan de este tipo de programas.
Los papás me dicen que antes los llamaban solo para decirles que si su hijo se portó mal o si tiene una buena nota. Ahora ya no. Ahora es también para formarlos a ellos y hacerles entender que la educación no es solo cosa del colegio, sino que somos un trinomio y ellos son una parte muy fundamental.
¿Cómo cree usted que han cambiado las formas y procesos de trabajo en el Fe y Alegría en los últimos años?
Durante los dos años de pandemia hemos seguido dando clases virtuales, gracias a Dios no las hemos perdido. Sin embargo, nos damos cuenta de que ha sido mínimo nuestro aporte y este año, al regresar, hemos notado que hubo un gran retroceso, en todo sentido. La misma pandemia y situación nos ha demostrado de que este tema es álgido, porque muchos papás han estado en casa con sus hijos, pero no han trabajado el tema de la autonomía, del respeto, de que sean ellos mismos; y en los más grandecitos, el tema de que tengan un proyecto de vida, al menos. Antes veíamos el trabajo que habíamos hecho y estábamos contentos: notábamos chicos autónomos y que se sabían desenvolver. En cambio, ahora es como volver a empezar. Actualmente, tenemos un gran reto como institución, que es retomar el trabajo con los chicos y adecuarnos a estos tiempos que nos ha legado la pandemia.
¿Y qué tipo de estrategias o métodos han encontrado para poder resarcir ese retroceso?
Nosotros lo que estamos haciendo es hablar con los chicos y sus familias. Si vemos alguna situación de mala conducta, los llamamos para reflexionar con el estudiante y con los padres. Les damos el compromiso de seguir trabajando en eso, así como algunas indicaciones. Por ejemplo, que en casa les pongan horarios, limites, tareas del hogar, entre otras cosas. Con algunas familias ha sido muy satisfactorio ver que lo acogen.
¿Reciben apoyo de programas del Estado?
Sí. Gracias a Dios el colegio es beneficiado con los alimentos de Qali Warma para el nivel inicial y primaria. Creo que desde que se inició el programa, el colegio se ha beneficiado de esta ayuda. En los años en que he estado, lo que recibimos eran desayunos que los niños siempre comían antes de ingresar a las aulas. En los años de pandemia hasta la actualidad, lo que nos ha ayudado del programa es que entregan bolsitas con productos en crudo para que lo preparen con sus familias.
¿Cuáles mencionaría como los mayores logros del trabajo de lucha contra la anemia?
Los mayores logros que yo resalto es ver a los niños contentos y con mayor rendimiento académico y cognitivo. Escucharlos que tienen grandes metas y sueñan con ser algo en la vida. Escuchar a los niños decir que el factor económico no es limitante y que quieren estudiar para poder sacar a su familia adelante y tener otra calidad de vida, nos inspira a seguir buscando formas de ayudas y apoyo a los estudiantes.
¿Cómo ve que se proyectan a futuro los actuales proyectos que se están impulsando en el Fe y Alegría 50 y 60?
Yo los veo como una gran fortaleza. Estoy agradecida con las personas que hacen posible que tengamos este tipo de ayuda para los estudiantes y las familias de esta institución educativa. Queremos ir propiciando este trabajo, sobre todo en los informes que se va haciendo con ellos. Y de ahí, ir tocando otras puertas. Porque ahora no hay futuro en donde el Estado nos vaya a ayudar con más cosas. Además, hay que ir buscando otras maneras de hacer entender a los padres que esto es una parte importante para la seguridad y para la integridad de sus hijos.
¿Qué mensaje podría dar para toda la comunidad de Fe y Alegría, tanto para los alumnos como a los padres y todos los que trabajan por una mejor comunidad?
Que, como personas, sembremos en los estudiantes y nuestros niños la idea de que la educación no es solamente enseñar en las aulas; sino que es una parte prioritaria para que podamos tener niños felices, bien alimentados y que mejoren su rendimiento académico. Y que ahí donde estamos como Fe y Alegría, que hasta en los lugares más recónditos y en donde termina el asfalto, podamos llevar por lo menos una palabra de aliento. Ver que, en medio de todas las situaciones que se van presentando, es posible sembrar una luz y una palabra de aliento y de esperanza, para salir adelante con lo poco que tenemos. Habrá muchas situaciones en las que no encontremos respuestas, pero que eso no nos desanime y que, al contrario, sea un reto para seguir buscando una mejor vida para nuestros estudiantes.
Verano 2022 / 2023
Álvaro Fabián Suárez
Apostolado Social de Justicia y Ecología
Editor de la Revista Intercambio. Periodista y comunicador audiovisual. Bachiller en Periodismo por la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.