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Edición Nº 57

La Transición Energética en China y sus Implicaciones para el Perú
Rebecca Ray
16 de marzo, 2022

Por más de una década, China ha sido uno de los socios económicos más importante para Perú; pero, como cualquiera relación, tiene su propia dinámica y cambia a través del tiempo. Así pasa con China, ya que el gigantesco asiático ha volteado de manera dramática hacia la energía renovable para mitigar el cambio climático. Con la creciente importancia de estos nuevos sectores, ¿qué implicancia tiene para Perú, que ha llegado a depender tanto de ese mercado para exportaciones e inversiones?

Según la Agencia Internacional de Energía[1]  la capacidad instalada de producir energía renovable aumentará por una taza impresionante de 85% dentro de solamente los próximos cinco años. Esas proyecciones estiman que la energía solar y eólica dentro de China se duplicará. En el ámbito internacional, China ha comprometido a aumentar el desarrollo de la energía renovable y dejar de impulsar la energía basada en el carbón[2] . Hay dos caminos importantes por las cuales estos cambios en el país asiático pueden afectar al Perú: el potencial para una nueva inversión china en la generación de energía renovable en el Perú y el interés continuo de los inversionistas orientales en los sectores de minería necesarias para alimentar ese sector, como el cobre y el litio. En cada uno de eses áreas, el tipo y nivel del impacto dependerá de la ambición y capacidad del mismo gobierno peruano y el trabajo de la sociedad civil para avanzar sus metas para la economía, la ecología, y la sociedad peruana.

La energía verde china y las ambiciones verdes peruanas

Primero, la transición energética china en sus inversiones internacionales abre nuevas fuentes poderosas de impulsar la energía renovable en Perú. Según la Estrategia Nacional ante el Cambio Climático al 2050, Perú avanza hacia una meta ambiciosa de la carbono neutralidad[3]. Las empresas chinas de energía – entre los más grandes del mundo – podrían ser socios importantes en el camino hacia esa meta.

Aunque la Estrategia Nacional no da detalles precisos sobre cómo planea cumplir con la meta del carbono neutralidad, Perú tiene opciones amplias en su potencial (todavía no muy desarrollado) para la energía solar. De hecho, el Banco Mundial[4] ha calificado la región andina -donde Perú se encuentra con sus vecinos Argentina, Bolivia, y Chile- como el área con más potencial solar del mundo. Incluso califica a dicha región entre las 15 y 20 regiones áridas más poderosas, como la Península Arábica o el norte de la África. Las empresas chinas de energía ya han mostrado su interés en invertir en esa capacidad, a través de la planta solar Cauchari, la más grande de Argentina, en su provincia de Jujuy en el noroeste del país. Si el Ministerio de Finanzas del gobierno peruano diera prioridad a desarrollar este potencial, la transformación energética de la China le presentaría un momento oportuno para avanzar en dicha dirección.

Aunque las empresas energéticas chinas construyan sus proyectos de energía renovable en Perú, en su mismo país, o en otros partes del mundo, la transformación igualmente creará una demanda importante para los minerales necesarios para el sector.

Minerales claves para la energía verde: cobre y litio

En segundo lugar, aunque las empresas energéticas chinas construyan sus proyectos de energía renovable en Perú, en su mismo país, o en otros partes del mundo, la transformación igualmente creará una demanda importante para los minerales necesarios para el sector. China ya lidera el mundo en la manufactura de paneles solares y turbinas eólicas, por ejemplo, siendo responsable por más que la mitad de estos productos al nivel mundial. El crecimiento esperado en ese sector significa una demanda también creciente para los bienes primarias como el cobre y el litio.

La historia de la inversión china en el sector minero peruano ya tiene más que una década y ha tenido varias alzas y bajas. El megaproyecto de cobre de Las Bambas, dirigido por la empresa china MMG, cuenta entre los más importantes al nivel mundial y es de conocimiento público la saga de conflictos entre la empresa y la comunidad al su alrededor. Dada los pronósticos para la demanda china para el cobre peruano, es poco probable que las empresas chinas se den de alto y abandonen el país.

Otro producto cuya importancia se espera disparar en la transición energética es el litio, elemento clave para el almacenamiento de poder en sistemas de generación intermitentes como el poder solar y eólico. Al momento de escribir este artículo, son inversionistas canadienses los que más planes tienen para los depósitos peruanos del litio, más notablemente el American Lithium en el proyecto Falchani en Puno. Pero aún sin la presencia directa china, dado la dominancia oriental en el mercado mundial de la manufactura de baterías, es probable que el producto se destine hacia dicho país y que la demanda china aumente el precio de él.

La creciente demanda china de los minerales claves en energía renovable beneficia al Perú más allá de la cantidad de ganancias e impuestos que alimentan la economía nacional. Adicionalmente, da espacio político para las metas que pueda tener Perú para esos sectores. Ya que se prevé que la demanda siga creciendo, es poco probable que los inversionistas – sean chinas, canadienses, u otros – puedan espantarse por las regulaciones socio-ambientales nacionales. De hecho, un marco regulatorio bien hecho y consistentemente implementado es una de las herramientas más confiables para asegurar que las inversiones mineras sean exitosas y duraderas, en vez de caer en conflictos perpetuos con comunidades por quejas de salud o de contaminación del agua necesaria para los modos tradicionales de ganarse la vida. En este contexto, no hay porqué ser tímido en insistir en las condiciones del desarrollo sostenible de estos sectores.

Otra manera que el Perú puede aprovechar de su poder de mercado para la industria china es con impulsar la inversión en el valor agregado dentro del sector minero. Si le interesa al Ministerio de Economía Finanzas y a ProInversión buscar inversionistas chinas en la refinación y la manufactura de productos de cobre, esa meta debe de ser más posible ahora que en el pasado. China ya ha mostrado que tiene intenciones para importar no solamente el mineral crudo sino también productos de cobre. Por ejemplo, mientras apenas el 15% de las exportaciones del cobre peruano a China es en forma de metal refinado y productos manufacturado, forman el 43% de las exportaciones de cobre chilenas hacia el mismo mercado chino[5].

La transición energética que se esta llevando a cabo en China presenta una gran oportunidad para que el Perú ponga en practica sus compromisso de sostenibilidad.

Ambición y capacidad peruana para realizar sus metas sostenibles

Ya sea en minería o generación, la transición energética china le da al Perú una oportunidad de poner en práctica sus compromisos para el desarrollo económico sostenible e inclusivo. Tal vez más que nunca, el contexto es favorable para que el Perú construya e implemente un fuerte marco regulatorio socio-ambiental para la minería y una estrategia de descarbonización para la matriz energética.

Desafortunadamente, hay obstáculos institucionales significativos en el camino hacia esas metas. Por ejemplo, hasta ahora, el Perú todavía no se une al Acuerdo de Escazú, lo cual garantiza la transparencia, la participación pública, y la protección legal para la sociedad civil en temas ambientales, particularmente en el uso de recursos naturales[6]. El antes canciller peruano Héctor Béjar anunció su apoyo para unirse al pacto regional, pero apenas duró unas semanas en el cargo[7]. En caso de que el gobierno peruano logre la estabilidad necesaria para impulsar el proyecto, todavía le falta apoyo en el congreso, el cual rechazó la idea en el 2020. El Ministerio del Ambiente ha sufrido de la misma inestabilidad, lo que dificulta la implementación de su estrategia climática y el desarrollo de fuentes renovables en su matriz energética. Sin embargo, si Perú logra articular sus ambiciones verdes y avanzarlas en sus políticas económicas y socio-ambientales, China puede seguir siendo un socio muy importante para realizarlas.

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[1] International Energy Agency. 2021. “Renewables 2021.” https://www.iea.org/reports/renewables-2021.
[2] Xi Jinping. 2021. “Bolstering Confidence and Jointly Overcoming Difficulties to Build a Better World.” Discurso dado a la Asamblea General de las Naciones Unidas, 21 septiembre. https://estatements.unmeetings.org/estatements/10.0010/20210921/AT2JoAvm71nq/KaLk3d9ECB53_en.pdf
[3] Ministerio del Ambiente. 2021. “Estrategia Nacional ante el Cambio Climático al 2050.” https://www.gob.pe/institucion/minam/campañas/3453-estrategia-nacional-ante-el-cambio-climatico-al-2050
[4] Banco Mundial. 2020. “Global Photovoltaic Power Potential by Country.” https://www.worldbank.org/en/topic/energy/publication/solar-photovoltaic-power-potential-by-country
[5] Cálculos propios del base de datos UN-Comtrade, https://www.comtrade.un.org
[6] https://repositorio.ce
pal.org/bitstream/handle/11362/43595/1/S1800429_es.pdf
[7] SPDA. 2021. “Canciller Héctor Béjar: ‘Impulsaremos el Acuerdo de Escazú.’” https://www.actualidadambiental.pe/canciller-hector-bejar-impulsaremos-el-acuerdo-de-escazu/

Otoño 2022


Rebecca Ray

Boston University

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Boston University

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