Entrevista a la Hna. Patricia Mc Laughlin, IBVM; directora de Fe y Alegría 58 “Mary Ward”
Por Diana Tantaleán C.
Apostolado de Justicia Social y Ecología
La Hna. Patricia Mc Laughlin, directora de Fe y Alegría 58 (Jicamarca) desde su fundación en 2002, ha sido merecedora de las Palmas Magisteriales 2017 en el grado de Amauta por su gran compromiso con la educación de los niños y niñas en una de las zonas más pobres de Lima.
Uno de los logros más reconocidos de su gestión ha sido el inculcar en sus alumnos el gran interés por la lectura, lo que ha repercutido en mejores rendimientos escolares.
En esta entrevista, la hermana Patricia nos cuenta cómo implementó este proyecto y los planes que tiene a futuro para seguir impulsando la educación de los niños de Jicamarca.
Cuando llegué a Perú escuchaba que a los niños y niñas no les gustaba leer o que no comprendían, pero, la verdad, es que no se les daban libros que a ellos les gustaran. Por eso empecé a buscar libros de Harry Potter, Franklin, Buenas noches, Narnia… los que a ellos les encantan.
Al principio no fue fácil, lo único que encontraba eran libros como Caperucita Roja, el Gato con Botas, los Tres osos… ¿Dónde estaban los libros que le gustan a los niños? Los encontré en Miraflores, La Molina, etc. Yo quería que mis niños y niñas también tuvieran estos libros, así que empecé a comprarlos.
Cuando en 2007 tuvimos los exámenes de la Evaluación Censal de Estudiantes en matemáticas y comunicación, con niños de 7 años, vimos 3 niveles de resultados: 0, que es muy triste; 1, que significa que están en proceso de aprendizaje; y 2, cuando los niños han logrado el nivel de aprendizaje requerido. Aquí encontramos que ninguno estaba en el nivel 2 en matemáticas. Entonces hicimos un diagnóstico y encontramos que el problema era que los niños no comprendían las preguntas.
Así empezamos con la biblioteca en 2008. ¿Cómo es este programa?, pues queríamos que los niños leyeran porque les gustara, no por obligación, así que conseguimos los libros que te mencioné y luego nos sentamos con los profesores, y hasta con el guardián, para leerlos y sacar 6 o 7 preguntas de cada uno.
Cuando un niño o niña dice: “ya he leído el libro”, va a la biblioteca y se le hacen las preguntas que corresponden al libro, así sabemos si ha leído y si lo entiende. Cada niño tiene su ficha en la computadora y cada libro tiene un puntaje, si es muy pequeño puede ser 1 punto o 2, y tenemos hasta de 15 puntos. Si han leído el libro y lo comprenden bien, acumulan puntos y van ganando pulseras. Al principio lo hacían por las pulseras, pero ahora lo hacen porque verdaderamente les gusta leer, se “comen” los libros, les encantan.
Nunca les hemos dicho qué libros deben escoger, les decimos: “escoge el libro que más te llame la atención, que más te gusta”.
También hay premios y sorteos. En secundaria he dado dos radios porque han llegado hasta 1000 puntos. En primaria también acumulan puntos.
Haciendo que los niños lean mucho, en 2011 salimos en el primer puesto de matemáticas en todo Lima Metropolitana, y tercer puesto en comprensión lectora. Y esto en una zona supuestamente más pobre.
No, este es un proyecto para todo el colegio. Los niños tienen sus cursos de comunicación y sus bibliotecas en las aulas, pero esta es una decisión que hemos tomado como colegio: que la lectura sea el corazón de todo, para que puedan salir adelante. Además, se pueden beneficiar de ello en el resto de los cursos. Cada profesora apoya este proyecto. Si los niños están en sus aulas, haciendo sus trabajos, y un pequeño ha terminado y quiere cambiar su libro, la profesora acepta. Cada profesora tiene una lista de cuánto están leyendo los niños. No se les obliga a leer, pero se les anima mucho a que lo hagan.
No podemos dar una educación pobre para niños pobres, debe ser la mejor educación. ¿Por qué mis niños no pueden tener mejores libros?
Primero puse la biblioteca. Trome ha ayudado con los fondos, también tengo de padrinos a Saga Falabella. Otro día vino una modelo y me dio 1000 libros. Cuando otras personas preguntan cómo ayudar, siempre les pido libros. Poco a poco he conseguido tener una buena cantidad. También hay personas que donan 10 libros. El MINEDU también nos da.
También tengo donaciones de mi país, pero no dependo de las donaciones del extranjero, en Perú hay mucha ayuda, pero una debe gestionarla.
En 2013 ganamos el concurso “La Buena Escuela”, y con el dinero del premio compramos muchos libros para la biblioteca, también computadoras.
Para mí, la lectura es algo maravilloso. No podemos dar una educación pobre para niños pobres, debe ser la mejor educación. ¿Por qué mis niños no pueden tener mejores libros?, si ellos no los tienen, yo voy a pedirle a todo el mundo para que me ayuden.
Es necesario tener cosas hermosas para los niños de pocos recursos, que cuando entren en sus aulas vean un lugar bello. ¿Por qué los niños pobres deben sentarse en sillas rotas o estar en lugares sucios? Si un niño debe sentarse en una silla rota le estoy diciendo que él no cuenta, pero si le digo que se siente en un lugar hermoso, le estoy dando el mensaje de que ellos valen.
Una de las cosas más difíciles fue romper el esquema de que a los niños no les gusta leer. También se tuvo que desmentir que los niños van a perder los libros. Los profesores me decían al principio: “si estos libros salen del colegio, no van a regresar”. Eso no era cierto. Estos libros debían salir fuera del colegio, debían estar en sus casas, para que tengan tiempo de leer.
Al principio fue algo difícil sacar las preguntas para tantos libros, pero todos ayudaron. Fue un trabajo en equipo.
Lo que puede ser difícil, algunas veces, es que todos los que trabajen en el proyecto crean en él, pero cuando vemos los resultados es cuando se “enganchan”, cuando hablas con los niños y te das cuenta de su vocabulario, cómo se expresan, la confianza que tienen al hablar… Los mismos niños dicen que antes tenían miedo de salir adelante y hablar, ahora no es así.
Cada mamá quiere ver a sus hijos salir adelante y sabe que en el colegio están aprendiendo. Muchas mamás me han dicho: “qué lindos libros, yo no tuve así en mi niñez”, “yo también los estoy leyendo”. Los jóvenes me dicen: “leemos para nuestros hermanos pequeños, o para nuestros primos que no están en Fe y Alegría…” Así va creciendo la cultura de la lectura.
Alguna vez los niños pequeños han dejado olvidados sus libros en la mototaxi o en alguna tienda, pero luego vienen a tocar la puerta, diciendo: “han dejado este libro en mi mototaxi, y yo sé que los niños de rojo y blanco, los pequeños de Fe y Alegría, son los que están leyendo”. Las mamás también están al pendiente y me mandan los libros.
Hay niños que piden libros con recetas de cocina o de manualidades. Hay libros para adolescentes, de animales, de terror, de aventuras en otros países.
No sólo en Fe y Alegría. Muchos me preguntan cómo es el proyecto. Ellos lo implementan a su manera en cada colegio, otros hacen algo diferente. A muchos les ha gustado el espacio de la biblioteca y hacen lo mismo.
Siempre les explico que no es necesario reinventar la rueda; si tienen los libros, yo les puedo facilitar las preguntas. No se trata de un programa de Fe y Alegría 58, si cualquiera quiere usarlo, adelante, porque para mí esto realmente funciona.
Mamás y papás ven que en 16 años este colegio ha crecido mucho, que hay buenos resultados, que hemos ganado La Buena Escuela. Ellos ven que trabajamos duro. Entonces, están hombro a hombro con nosotros y ayudan mucho.
Si un niño debe sentarse en una silla rota le estoy diciendo que él no cuenta, pero si le digo que se siente en un lugar hermoso, le estoy dando el mensaje de que ellos valen.
Yo tengo bingo una vez al año, y mi APAFA[1] y mis papás me apoyan mucho. Con el dinero obtenido hemos construido muchas cosas: el anfiteatro del colegio, un laboratorio, hemos implementado un aula de industria alimentaria.
Todo no es maravilloso y perfecto, también tenemos algunos papás flojos, pero intentamos trabajar en equipo. Siempre les digo eso, que somos un equipo, ellos, mis profesores y yo.
Para mí, el problema más difícil en el colegio son los niños que están solos porque mamás y papás necesitan trabajar.
Tenemos escuela de padres, reuniones para animarles y mostrarles lo importante que es su rol, el cual no pueden abandonar ni dejárselo al colegio.
Cuando llamo a una madre a conversar por algún problema en el aprendizaje de su hijo, y ella me responde que es culpa de sus compañeros, que no es él, trato de hacerle entender que su hijo depende de ella, y que necesitamos trabajar juntos, los profesores y ella. Trabajo mucho para que cada padre y madre asuma la responsabilidad de su hogar y que los niños asuman su trabajo en el colegio. Si mamá y papá respaldan a sus niños, entonces podrán llegar hasta donde quieran. Un buen colegio, solo, puede llevar a los niños a un buen nivel, pero como mamá y papá, la luna es el límite.
Hay muchas cosas más que quiero hacer. Por ejemplo, me encantaría extender la biblioteca para libros en inglés con el mismo sistema, también ampliarla para mamás; me encantaría que con el dinero del bingo podamos techar el anfiteatro, deseo tener más losas deportivas, tener un pequeño zoológico para que puedan tocar sus raíces. Me encantaría tener ayuda para niños con capacidades limitadas, y con una profesora especializada. Quisiera tener más áreas verdes, tener un programa donde pueda trabajar con cada uno de los niños que están retrasándose, quiero un albergue para ellos, ¡quiero dividirme en cuatro!… ¡Hay infinidad de cosas!
¡Yo creo en la educación!, y creo que la educación es la llave para ellos. Es lo que va a llevar adelante a estos niños. Y si yo puedo ayudar en algo, lo voy a hacer.
Estos niños tienen las mismas capacidades que los demás. Una buena educación no es caridad, es justicia. Dios no tiene favoritos.
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[1] Asociación de Padres de Familia.
Verano 2017-2018
Hna. Patricia Mc Laughlin, IBVM
Docente. Directora del colegio Fe y Alegría 58 "Mary Ward", Jicamarca.