El año 2022 comenzó con un desastre ecológico debido al derrame de 12,000 barriles de petróleo. Al producirse en las costas limeñas, donde vive un tercio de la población del país y se concentran los poderes del Estado y los principales medios de comunicación, el desastre fue conocido por la gran mayoría. Sin embargo, este es un solo ejemplo entre los grandes problemas que atraviesa el país en cuanto al cuidado del medio ambiente. En los últimos 25 años en el Perú hubo otros 87,000 barriles derramados, de los cuales más del 50% fueron en la Amazonía. Al derrame de hidrocarburos hay que añadir la deforestación, la industria extractiva irresponsable e ilegal, la agricultura intensiva, etc. que están conduciendo al país a una crisis humano-ambiental seria.
A pesar que se mostraron los efectos perniciosos para la naturaleza (aves, peces, mar) y para las personas (pescadores, comerciantes), a menos de dos meses del derrame en la costa capitalina, este dejó de ser tema de interés. Las crisis sanitaria y económica producto de la Covid-19 a la que se suma la política han vuelto a copar la atención de la población. Esto muestra que todavía falta mucho trabajo para que los peruanos y peruanas tengamos una conciencia ecológica y compromiso con el medio ambiente.
La ecología no es solo el cuidado de la naturaleza, sino que abarca muchos aspectos. El papa Francisco en su encíclica Laudato Si nos propone una visión de la ecología de manera integral que incluye a las dimensiones humana, ambiental, social, económica y cultural. De este modo la ecología integral es un nuevo paradigma de justicia socio-ambiental.
Teniendo en cuenta el concepto de ecología integral y que el Perú es uno de los países a nivel mundial más vulnerables al cambio climático, dedicamos este número de INTERCAMBIO para reflexionar al respecto. Primero, hacemos una descripción de la situación (deforestación, contaminación de aguas y aires). Segundo, analizamos los efectos de la crisis ambiental en salud (anemia, diarreas, enfermedades respiratorias), economía (disminución de tierras cultivables, recursos ictiológicos contaminados), sociales (trata de personas, asesinatos de defensores del bosque y la pachamama), naturales (destrucción de ecosistemas, desglaciación), culturales (tradiciones en los pueblos originarios que se interrumpen como el rio en tanto lugar de encuentro en la Amazonia, o los vínculos con los nevados que van desapareciendo en los andes), institucional (las deficiencias en las instituciones privadas y públicas para responder a la crisis socio-ambiental).
El Perú cuenta con un marco legal ambiental bastante aceptable pero el problema es la falta de voluntad política para establecer normas que lo lleven a cabo; hay propuestas agroecología familiar y una serie de iniciativas que, siendo respaldadas por las instituciones públicas y privadas, así como por la sociedad civil, permitirán retomar una armonía socio-ambiental en el país.
Carlos Miguel Silva Canessa, Sj
Director