Entrevista a Carlos Herrera, Asesor para Asuntos de Derecho del Mar.
Por Diana Tantaleán
(Apostolado Social SJ)
Carlos Herrera Rodríguez, embajador en el servicio diplomático del Perú. Hasta octubre del 2013 ha sido responsable de la Dirección de América del Sur del Ministerio de Relaciones Exteriores. Actualmente es asesor para Asuntos de Derecho del Mar, asumiendo en sus funciones las coordinaciones en Lima para la implementación del fallo de La Haya sobre la delimitación marítima con Chile.
Creo que cualquier persona que vea el mapa se da cuenta de lo que hemos ganado. El Perú ha obtenido el 75% de lo que había pedido como espacio marítimo, son 50 mil km2. La Corte nos ha otorgado derechos sobre 22 mil km2 como exclusivos del Perú en un espacio que antes Chile explotaba, así como sobre 28 mil km2 que Chile consideraba alta mar.
Hemos obtenido el ejercicio de derechos soberanos sobre este amplio espacio marino para los fines de exploración, explotación, conservación y administración de los recursos naturales, tanto vivos como no vivos, en la masa de agua, suelo y subsuelo. Es importante, también, ejercer los derechos de libre navegación, eso es recíproco con Chile, es decir que nuestros pescadores no podrán volver a ser retenidos si necesitaran pasar por el área que queda bajo jurisdicción de Chile.
La situación para los pescadores tacneños no ha cambiado, pero tampoco ha empeorado; ellos no han perdido nada que ya tuvieran, al contrario, han ganado posibilidades. Hay que pensar también que la pesquería artesanal en Tacna tiene varios tipos, muchos son pescadores de muy limitados recursos y no pueden pescar más allá de la costa. Pescadores con mejores equipos podrán beneficiarse mejor de lo obtenido en el fallo.
El gobierno sabe que Tacna no se ha visto beneficiada en la medida que hubiéramos querido; por ello, en el paquete de inversiones anunciadas en el reciente Consejo Descentralizado de Ministros (realizado en Locumba), el sector Producción ha incluido medidas específicamente destinadas a los pescadores, como desarrollo de infraestructura, promoción, formación, acuicultura, etc.
Hay un aspecto importante, evidentemente Tacna-Arica es un núcleo binacional con más de 5 millones de pasos fronterizos al año. En este período, paralelamente a La Haya, hemos seguido una prolífica coordinación bilateral en todos los campos; entre otras cosas se ha suscrito el acuerdo para el control fronterizo integrado que facilita el tránsito en esta zona, esto ya está en plena vigencia. El único tema pendiente es que es necesaria una adecuación informática.
El año pasado también hubo una primera reunión del Consejo de Integración Social donde por primera vez se realizó un gabinete binacional de los ministros en materia social, fue una novedad que seguramente se va a continuar realizando con el nuevo gobierno chileno. Hay también proyectos para roaming fronterizo (utilización de teléfonos celulares en las fronteras). Otro proyecto es la repotenciación del ferrocarril Tacna-Arica, que actualmente está bajo la propiedad del gobierno regional de Tacna pero es conveniente hacer un proyecto más vasto.
También hay temas pendientes, como el Chinchorro. Esta es una propiedad privada del gobierno peruano en Chile, y fue comprado para acoger a los plebiscitarios que no tenían casa pero querían ir a votar, por lo que tiene un valor simbólico importante. Es un terreno peruano en el centro de Arica. Hay proyectos para darle uso apropiado, quizás ligados a un sistema integrado con el ferrocarril y con el muelle peruano.
A nivel de la sociedad civil hay también muchas iniciativas. Tenemos todo un campo de posibilidades de cooperación con Chile una vez terminada la delimitación.
Perú expresó en su momento, ante la Corte, que la expresión “dominio marítimo” que figura en nuestra Constitución se aplica de manera consistente con el derecho internacional como se encuentra reflejado en la Convención de 1982.
Perú no ha firmado la Convención del Mar, y en algún momento algunos sectores chilenos insistieron en que era casi un pre-requisito para que pudiéramos ejecutar plenamente el fallo. No es indispensable suscribirla para aprovechar lo que hemos obtenido con el fallo, lo que se está haciendo es adecuar plenamente nuestra normativa interna a las normas del derecho internacional consuetudinario. Un ejemplo: hasta hace poco nuestra Dirección de Capitanía de Puertos exigía que todas las embarcaciones reportaran su presencia, esa exigencia no es obligatoria en términos de libertad de comunicaciones, entonces se ha eliminado esa exigencia; en reciprocidad, nuestros pescadores tampoco están obligados a reportar su presencia al ingresar a aguas chilenas.
Adherirse a la Convención del Mar es una decisión que Perú adoptará en su momento, no por presión externa, sino por una convicción propia, luego de un debate nacional.
Por supuesto. Estamos con Chile en la Alianza del Pacifico, donde se ha avanzado más en menor tiempo que en otros procesos de integración. Con gobiernos que tienen fundamentos económicos semejantes es más fácil avanzar porque parten de una base común y, en este caso, todos tienen Tratados de Libre Comercio entre ellos; a partir de ahí los márgenes que se han ganado son importantes. Los progresos en la Alianza del Pacifico han ido de la mano con estas buenas relaciones bilaterales que hemos logrado mantener con Chile, pese a la coyuntura del proceso en La Haya.
En UNASUR hay diversas sensibilidades pero también hemos tenido muchos puntos de sintonía con Chile. Esas acciones multilaterales siguen siendo muy importantes porque llevan a coincidencias que se reflejan en diversos espacios.
Una de las consecuencias principales, y esa es nuestra esperanza, es que una vez terminado esto nuestras relaciones (que ya son buenas), van a estar más liberadas, decididamente tornadas hacia el futuro.
Es cierto que han aparecido, en algunos sectores chilenos, específicamente en Iquique, pintas en el Consulado, actos un poco agresivos por parte de pescadores que querían tener la atención del gobierno. A la larga, todos esos gestos van a ir desapareciendo totalmente, como ha pasado con Ecuador, y nuestras poblaciones van a ser más favorecidas, va a haber mayor intercambio del que hemos tenido. Yo veo un porvenir bastante positivo para nuestras relaciones bilaterales pero también para el bienestar, el crecimiento y desarrollo de nuestras poblaciones en Chile. Eso implicará también mayores y mejores servicios consulares; de hecho, Santiago ha sido uno de los puntos iniciales de renovación de nuestros locales en el mundo. Santiago es un consulado modelo hoy día.
[toggle title="Antecedentes de la Demanda" load="show"]En el 2004, durante el gobierno el presidente Toledo, el Canciller Manuel Rodríguez Cuadros dirige una nota a la Canciller chilena Soledad Alvear solicitándole iniciar negociaciones para celebrar un Tratado de límites entre Perú y Chile. Chile responde que ellos consideran que la Declaración de Santiago de 1952 y los acuerdos fronterizos de 1954 son Tratado de límites que ha sido respetado todo el tiempo y no existe nada que negociar. Posteriormente, el embajador Rodríguez Cuadros, en una reunión del Grupo de Río, firma un comunicado conjunto con el canciller chileno donde constatan que no hay lugar a una negociación política y que el diferendo tiene que ser encauzado de manera jurídica. En este momento Perú tiene la posibilidad de dirigirse a la Corte de Justicia, apelando al Pacto de Bogotá de 1948 y expresar que habiendo agotado la vía diplomática debemos iniciar un proceso contra Chile para solucionar el problema limítrofe de manera pacífica y en el marco del derecho internacional. Antes de presentarse formalmente a la Corte quedaban temas pendientes de naturaleza interna como la ley de líneas de base (para hacer las mediciones necesarias sobre la proyección de las 200 millas). Mientras tanto termina el gobierno de Alejandro Toledo e inicia el de Alan García. En enero del 2008 se presenta formalmente la demanda.[/toggle]Carlos Herrera Rodríguez
Embajador. Asesor para Asuntos de Derecho del Mar de Perú.