Entrevista al Card. Pedro Barreto SJ, Arzobispo de Huancayo (Resucita Perú)
Por Diana Tantaleán C.
Apostolado de Justicia Social y Ecología
Con el fin de promover y fortalecer la acción solidaria frente a la pandemia (y otras "pandemias de la sociedad"), la Conferencia Episcopal Peruana lanzó el Programa Pastoral "¡Resucita Perú, ahora!".
Conversamos con el Cardenal Pedro Barreto SJ, Arzobispo de Huancayo, quien se ha encargado de difundir esta iniciativa, para que nos cuente cómo ha sido su organización, la respuesta de la población y el gobierno a la propuesta, y los objetivos que se plantean una vez sea superada la crisis sanitaria.
Este tiempo de pandemia nos ha puesto en una situación inédita en la historia de la humanidad y en nuestras vidas. El Perú, desde el 17 de marzo pasado, inició el confinamiento y las restricciones de movilización. El contagio del Covid-19 se propagaba con fuerza y las numerosas muertes nos conmovían.
A pesar de la flexibilidad para movilizarse en las últimas semanas, aún se mantiene la inseguridad y el desasosiego, principalmente por el temor al contagio. Sin embargo, durante las semanas más difíciles y angustiosas que se vivieron surgió una serie de iniciativas del Poder Ejecutivo, de la sociedad civil, de empresarios, de instituciones privadas y de diversas Comunidades de Fe que respondían a las urgencias de alimentación, oxígeno e implementos sanitarios. Pero estos valiosos gestos de solidaridad se realizaron de manera dispersa y desarticulada.
En este contexto que se vivía en nuestro país, dos razones dieron pie para lanzar, desde la Conferencia Episcopal Peruana, la iniciativa pastoral Resucita Perú Ahora (RPA).
Primera razón. Percibimos que la Iglesia Católica, en sus 46 Jurisdicciones Eclesiásticas, reaccionó con agilidad y prontitud a la pandemia con más de 260 proyectos sociales. Además, la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) organizó a nivel nacional las campañas "Denles ustedes de comer" y "Respira Perú", con el apoyo de un grupo de empresarios. Por su parte, la Conferencia de Religiosos y Religiosas del Perú tienen numerosas experiencias de solidaridad efectiva con las víctimas del Covid-19 allí donde están presentes en la selva, sierra y costa.
La segunda razón es la propuesta del Papa Francisco de un plan para resucitar (Cfr. Revista Vida Nueva, 17 de abril 2020), y toma como base el texto de Mateo 28,9: “De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: ‘Alégrense’. El Señor transforma su duelo en alegría y las consuela en medio de la aflicción (cfr. Jr 31, 13) porque quiere resucitar a una vida nueva a las mujeres y, con ellas, a la humanidad entera”.
RPA se inició modestamente. Dos Obispos y un laico convocaron a profesores de la Universidad Cayetano Heredia y de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Cuatro profesores de cada una de ellas. Y así se conformó el equipo impulsor de RPA. Se presentó un esbozo o perfil de la iniciativa a la Asamblea de Obispos el 18 de agosto pasado, que fue aprobado por unanimidad, y se lanzó el 20 de agosto a todo el país.
El Perú vive en una permanente fragmentación donde se experimentan con mayor fuerza la desigualdad, el individualismo y la corrupción, que son otras pandemias destructivas del tejido social. Se extiende la desconfianza mutua y crece la falta de esperanza.
El mismo nombre, Resucita Perú Ahora, habla de la transformación de la persona y de la sociedad a la luz de Cristo Resucitado que nos hace pasar, como sociedad peruana, de la tristeza a la alegría, del desánimo a la esperanza, del individualismo a un trabajo articulado y efectivo.
El propósito de RPA es, a partir de una amplia alianza social que surge de las comunidades de fe, las ciencias, los organismos del Estado y las experiencias sociales de solidaridad en el Perú, unir voluntades para enfrentar con eficacia, prontitud y diálogo el COVID-19 y otras pandemias sociales con la perspectiva del desarrollo humano integral, solidario y sostenible.
La enseñanza que nos está dejando Resucita Perú Ahora es afirmar que es posible un espacio de diálogo respetuoso, amable y sincero cuando se quiere aportar al bien común, comenzando por los últimos y descartables de la sociedad.
RPA tiene una característica peculiar. Somos personas dispuestas a entregar lo mejor de nosotros mismos para la transformación del Perú en todos los campos de la vida social y religiosa. En este tiempo de pandemia nos hemos dado cuenta que las respuestas aisladas diluyen la fuerza de una acción, por más buena que sea. También hemos aprendido la necesidad de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral que asegure un proceso de una auténtica transformación de la sociedad peruana.
Por ello, “nos urge discernir, para encontrar el camino del Espíritu e impulsar, junto a otros, las dinámicas que puedan testimoniar y canalizar la vida nueva que el Señor quiere generar en este momento de la historia” (Papa Francisco). Aquí está la novedad de esta iniciativa pastoral. Somos un espacio de discernimiento comunitario para buscar caminos de fraternidad y amistad social. Somos conscientes que por nuestras propias fuerzas o conocimientos no podemos conseguir nada estable ni duradero. Nuestra lucha es contra el enemigo invisible, insignificante y destructivo del Covid-19. Pero también nuestra lucha –la más difícil y desafiante- es contra el enemigo de la vida y de la verdad, que es el espíritu del mal, presente en cada uno de nosotros y en la humanidad. Es también invisible y aparentemente poderoso, que lucha y se esconde detrás de personas o grupos para destruir, desanimar, engañar, crear el caos social y la desconfianza mutua. RPA es la fuerza que discierne, construye la mejor política, la economía, la ética y la moral ciudadanas, para levantar el espíritu hacia causas nobles y solidarias.
La fraternidad es una exigencia social que debe expresarse en acciones prácticas, como precisan los dos objetivos específicos de RPA:
1° Promover y fortalecer la salud integral de la población peruana para superar la pandemia del COVID-19 con la mayor eficiencia, prontitud y legitimidad posibles.
2° Promover la acción solidaria para superar las pandemias sociales que surgen de la desigualdad y que han debilitado los servicios públicos esenciales, con una amplia participación ciudadana y en diálogo con las autoridades del Estado.
Por tanto, RPA es una propuesta inclusiva y permanente en el tiempo porque busca discernir las mejores respuestas para enfrentar al Covid-19 de manera eficaz y pronta mediante la articulación de esfuerzos y capacidades compartidas.
La novedad es su continuidad, más allá de la superación de la pandemia del Covid-19. Queremos propiciar el cauce de diálogo y amistad social para construir una sociedad peruana abierta, fraterna y solidaria. Esta es la peculiaridad de RPA que valora e incluye a otras propuestas que coincidan con los dos objetivos anteriormente señalados.
Desde el primer momento los participantes se han mostrado muy dispuestos al diálogo. Miembros del Poder Ejecutivo, del Congreso, políticos, empresarios, Universidades, Educadores, jóvenes, familias, movimientos sociales, organizaciones populares, artistas y comunidades de Fe.
El ambiente en RPA es un sentimiento de fraternidad y amistad en un espíritu de diálogo y articulación cada vez más visible y eficaz. Así se evidencia el amor al Perú, compartiendo lo mucho que nos une para buscar la superación del Covid-19 y de otras pandemias que impiden la transformación de nuestra sociedad peruana.
Los que estamos participando en RPA tenemos en común la inspiración de Dios –algunos sin darnos cuenta- que “abre horizontes de esperanza, despierta la creatividad y nos renueva en fraternidad para decir “aquí estoy” ante la enorme e impostergable tarea que nos espera” (Papa Francisco).
Un detalle que puede verse como algo sin relevancia es el trato directo por el nombre y no por los títulos que uno pueda tener en las reuniones. De esta manera se ha creado un espacio de encuentro de persona a persona que nos humaniza y transforma. Nos hace bien el compartir juntos este sueño que se va haciendo realidad a través de esta iniciativa pastoral. Me doy cuenta que la transformación de mi persona y el conocer a otras que aman al Perú, nos enriquece y alienta nuestro caminar. Este “contagio” de esperanza, de alegría por ayudar a transformar las personas es ya un proceso nunca terminado de resurrección.
Todos los sábados, desde el 22 de agosto, nos reunimos en plenario. Nos hemos organizado con Comisiones de acción (Salud Integral, Ciencia y Tecnología, Organizaciones Sociales, Derecho y Legalidad y Comunicaciones), y Comisiones de expansión de la iniciativa (políticos, empresarios, movimientos sociales y organizaciones populares, universidades, artistas, educadores, jóvenes, comunidades de fe). Existen además tres Equipos: Espiritualidad, Ejecutivo y Asesores.
Con esta organización estamos avanzando lenta pero sostenidamente en nuestro objetivo. La novedad es la articulación efectiva entre nosotros, con las instancias del Estado y otras organizaciones sociales. Las reuniones de las Comisiones y Equipos se realizan durante la semana. Los avances se comparten en el plenario los sábados en la mañana. De esta forma se hace visible que el protagonismo es de la sociedad civil organizada. Los que lideran esta iniciativa son los coordinadores de las Comisiones de Acción, de Expansión, los Equipos y la coordinación general de RPA.
Como fue un acuerdo unánime de los Obispos del Perú lanzar la iniciativa pastoral RPA, se propuso que en las 46 Jurisdicciones Eclesiásticas se inicie el proceso de articulación en su ámbito territorial. De esta forma se fortalecerá la iniciativa y se hará sostenible y eficaz desde la participación activa de las más de 1,500 parroquias en la costa, sierra y selva. Y así las demás comunidades de fe son invitadas a participar allí donde se encuentren.
Precisamente algunas Jurisdicciones Eclesiásticas han iniciado el proceso de articular con las autoridades regionales, provinciales y distritales, empresarios, jóvenes, universidades, profesionales, educadores, comunidades de fe en cada una de sus regiones.
Pronto tendremos las reuniones con la presencia de personas de las diversas regiones del país. También esperamos que las diversas Congregaciones Religiosas puedan incluir el mensaje de esperanza y de compromiso de RPA en sus diversas Obras y actividades.
La Comisión de Política de RPA, que coordina el Dr. Allan Wagner Tizón, propició el inicio de un diálogo con las autoridades del Gobierno. Uno de los aspectos más esperanzadores fue el encuentro con la Presidencia del Consejo de Ministros y con la Ministra de Salud de forma cordial y ejecutiva. Se manifestó la disposición del Poder Ejecutivo a trabajar de manera integrada. De parte nuestra se manifestó el apoyo a la Estrategia Nacional frente al Covid-19 y el proceso de vacunación. A partir de estos encuentros los Viceministros de Salud y funcionarios del MINSA están en comunicación con las Comisiones, y en especial con Salud Integral que coordina la Dra. Theresa Ochoa y Ciencia y Tecnología que coordina el Dr. Edward Málaga (ambos de la Universidad Peruana Cayetano Heredia).
La enseñanza que nos está dejando Resucita Perú Ahora es afirmar que es posible un espacio de diálogo respetuoso, amable y sincero cuando se quiere aportar al bien común, comenzando por los últimos y descartables de la
sociedad.
Así mismo las Comisiones de acción y de expansión se han reunido con diversos Ministros y funcionarios del MINEDU, MINJUS, MIDIS, MIMP, el Ministerio de Cultura y el de Defensa.
Tenemos una comunicación inicial muy favorable con el Poder Ejecutivo que nos asegura una mayor eficacia y prontitud en el cumplimiento del primer objetivo específico de RPA: la lucha articulada frente al Covid-19.
Es un mensaje de esperanza y de solidaridad organizada con un objetivo común para la transformación de la sociedad peruana. Hoy se manifiesta la grandeza y la fuerza moral de muchas personas de toda condición social, especialmente de los sectores populares. Son personas que asumen, desde su dolor, la responsabilidad de espacios de superación de las adversidades mediante proyectos sociales en sectores vulnerables de nuestras ciudades y pueblos.
La enseñanza que nos está dejando RPA es afirmar que es posible un espacio de diálogo respetuoso, amable y sincero cuando se quiere aportar al bien común, comenzando por los últimos y descartables de la sociedad.
El mejor mensaje de RPA nos lo ofrece el Papa Francisco: “No hay punto final en la construcción de la paz social de un país, sino que es una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos. Trabajo que nos pide no decaer?en el esfuerzo por construir?la unidad de la nación y, a pesar de los obstáculos, diferencias y distintos enfoques sobre la manera de lograr la convivencia pacífica, persistir en la lucha para favorecer la cultura del encuentro, que exige colocar en el centro de toda acción política, social y económica, a la persona humana, su altísima dignidad, y el respeto por el bien común” (Encíclica Fratelli Tutti, 32)
Verano 2020 / 2021
Cardenal Pedro Barreto Jimeno, SJ
Cardenal de la Iglesia del Perú, Arzobispo Metropolitano de Huancayo, Presidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana, promotor de la iniciativa pastoral Resucita Perú Ahora.