En noviembre de 2024, el Museo de Arte Contemporáneo de Lima (MAC Lima) presentó Guardianes (2024)[1], obra audiovisual de Katherine Fiedler que construye una potente narrativa visual a partir del registro de los espacios vacíos del Museo Nacional del Perú (MUNA), el edificio más grande de América Latina destinado a convertirse en museo. A través de imágenes de pasillos desiertos y amplias salas sin colecciones ni visitantes, la obra resuena especialmente en el presente, cuando el MUNA, ubicado en el kilómetro 31 de la antigua Panamericana Sur, permanece temporalmente cerrado hasta nuevo aviso. Más allá de evidenciar las frágiles políticas culturales del Estado peruano, la obra nos invita a reflexionar sobre el papel y la relevancia de los museos en nuestra sociedad. En el caso del MUNA, las críticas han girado en torno a su ubicación, su monumentalidad, su cierre temporal y la importante inversión que ha requerido tanto su construcción como su mantenimiento. Sin embargo, una de las grandes incógnitas sigue siendo si este museo responde realmente a las necesidades de su comunidad.
¿Qué expectativas tenemos los peruanos respecto al MUNA? ¿Qué esperamos de un museo en general? ¿Cuán relevantes consideramos que son los museos en nuestro país? ¿Acaso los visitamos masivamente?
"Los museos son guardianes celosos de nuestra memoria colectiva, promueven la investigación y el conocimiento y, al mismo tiempo, son una fuente inagotable de inspiración que facilita el aprendizaje."
En la Política Nacional de Cultura al 2030, se señala que, en general, existe una débil valoración del patrimonio cultural. En el caso de los museos, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Programas Presupuestales, en «2017, solo el 13 % de la población ha asistido a un museo al menos una vez»[2]. Además, en Lima, el estudio de públicos realizado por el MALI en 2016 reconoce que «la recordación espontánea de museos, en general, es baja»[3]. Ante la pregunta ¿qué museos o centros expositivos en Lima conoce o recuerda, aunque sea solo de nombre?, fueron pocos los museos que los entrevistados lograron mencionar espontáneamente.
Si bien la visibilidad de los museos probablemente ha mejorado en los últimos años gracias a los esfuerzos del sector público y privado en la formación de públicos, los museos siguen siendo una opción para pocos. Según el último estudio de Lima Cómo Vamos[4], solo el 19,1 % de los limeños declaró haber visitado algún museo o galería en 2024.
Estos datos resultan desalentadores, pues revelan que los museos no son considerados relevantes en nuestra sociedad. ¿Por qué? Tal parece que los museos no han logrado cautivar a su público local ni demostrar su potencial.
Los museos ya no son —o, en todo caso, ya no aspiran a ser— aquellos palacio-museos que en el siglo XIX comenzaron a erigirse en las grandes ciudades europeas. Con sus imponentes edificaciones de inspiración clásica y monumental, estos espacios evocaban un pasado idealizado y situaban al público en un rol pasivo, contemplativo, que observaba con asombro y reverencia la grandiosidad del edificio y sus colecciones.
Hoy en día, los museos buscan acercarse a sus comunidades y establecer una conexión significativa con ellas. Sin embargo, este desafío no es fácil, especialmente para aquellos cuya arquitectura majestuosa y vastas colecciones parecen destinadas a transmitir inevitablemente una sensación de admiración y solemnidad. Superar esta distancia requiere redefinir con claridad la relación entre el museo y su público.
Un ejemplo destacado es el Museo de Brooklyn en Nueva York, fundado a fines del siglo XIX en un imponente edificio de 52 mil metros cuadrados de estilo Beaux-Arts[5], que alberga una vasta colección enciclopédica de 1,5 millones de obras. En las últimas décadas, esta institución ha logrado consolidarse como un referente de educación pública y compromiso con la comunidad. Con el propósito de reducir su monumentalidad y acercarse al público, en 2004 el museo renovó su fachada e ingreso, incorporando una gran marquesina de vidrio ondulado y una plaza. Además, ha desafiado constantemente los límites con exposiciones y programas públicos que cuestionan las narrativas convencionales y amplifican voces diversas. Ha logrado convertirse en un espacio más accesible y acogedor, fortaleciendo su conexión con la comunidad y consolidándose como un punto de encuentro cultural, una proeza difícil de imaginar para un museo enciclopédico con un edificio y una colección imponente.
Los museos ya no son solo espacios dedicados a la custodia y conservación del patrimonio cultural mueble. Han evolucionado más allá del anhelo republicano que se enunciaba en 1822, cuando se propuso la creación del Museo Nacional en el Perú. Hoy, los museos son relevantes por su versatilidad.
Los museos son guardianes celosos de nuestra memoria colectiva, promueven la investigación y el conocimiento y, al mismo tiempo, son una fuente inagotable de inspiración que facilita el aprendizaje. Además, los museos tienen el poder de dar cabida a otros relatos, generar diálogo y fomentar conexiones genuinas entre las comunidades y su legado. Incluso pueden convertirse en agentes de cambio político y social. Son espacios de socialización, una excusa para compartir con la familia y los amigos, disfrutar del arte, la historia y la ciencia. Además de todo ello, pueden contribuir significativamente al turismo, tanto nacional como internacional. Así pues, un museo no es solo un edificio: es mucho más que eso.
Una de las principales incógnitas sobre el MUNA es su propósito. En su página web, su misión se define como «Ser un espacio de diálogo y encuentro a través de la protección y valoración de la diversidad cultural; enfatizando las relaciones y conexiones entre diferentes grupos culturales de peruanos y peruanas en su territorio a lo largo de la historia»[6]. Pero, ¿es realmente el MUNA un espacio de diálogo?
"Si la misión del museo es convertirse en un espacio de diálogo, como lo enuncia en su página web, resulta fundamental generar sinergias y establecer alianzas sólidas con las comunidades aledañas, así como con instituciones públicas y privadas."
En 2014, cuando se convocó el Concurso de Ideas de Arquitectura del futuro Museo Nacional, no se consideró la elaboración de un guion curatorial[7] ni un guion museográfico[8], es decir, se dejó de lado el contenido y solo se pensó en la estructura, cuando el contenido debería ser la razón de ser del museo. Es por lo que la propuesta arquitectónica final fue concebida como una obra abierta, adaptable a nuevos usos y dinámicas, una gran cancha flexible cuadrangular[9]. Además, en 2016, cuando se inició su construcción, se le denominaba Museo Nacional de Arqueología del Perú[10]; sin embargo, en pleno proceso de construcción, su nombre cambió a Museo Nacional del Perú, denominación oficial desde su apertura en julio de 2021[11]. Este cambio no fue solo nominal, sino que debió implicar una transformación en su identidad, su propósito y el tipo de colección que albergaría. ¿Podrá la infraestructura del MUNA ser lo suficientemente flexible, pese a haberse construido sin un plan estratégico claro, con una identidad inestable y sin un proyecto curatorial y museográfico definido?
Sin duda, el edificio por sí solo no es suficiente ni lo serán las colecciones que albergue en el futuro. Lo esencial es definir con claridad su propósito; por ejemplo, ¿quién es su público objetivo? Aunque se trate del Museo Nacional, esto no implica que deba dirigirse a toda la nación en su conjunto. Si la misión del museo es convertirse en un espacio de diálogo, como lo enuncia en su página web, resulta fundamental generar sinergias y establecer alianzas sólidas con las comunidades aledañas, así como con instituciones públicas y privadas. Solo después de escuchar activamente a su comunidad, podrá consolidarse como un espacio verdaderamente relevante y significativo para la sociedad.
El MUNA tiene el potencial de convertirse en un agente de cambio político, social y económico, dependiendo del enfoque con el que sea gestionado. Por el momento, sus amplios depósitos podrían ser aprovechados por el Ministerio de Cultura, que carece de espacios adecuados para albergar sus colecciones, tanto las actuales como las que siguen llegando producto de las intervenciones arqueológicas que se vienen desarrollando en el país. Sin embargo, la gestión pública tiene sus propios tiempos y procedimientos: la adecuación climática y la compra de mobiliarios apropiados para estos depósitos requieren una inversión considerable y deben seguir los procesos de contratación del Estado, lo que podría tomar varios meses en concretarse.
El reto es grande, pero el primer paso es definir con claridad el propósito del MUNA y sumar esfuerzos en esa dirección, sin perder el norte y superando continuamente los límites. Es una tarea posible, aunque idealista, si consideramos que todo debe gestionarse dentro del marco de la administración pública, con sus restricciones, procedimientos y tiempos burocráticos.
[1] Museo de Arte Contemporáneo de Lima. (2024). Guardianes. https://maclima.pe/project/guardianes/
[2] Ministerio de Cultura. (2020, 21 de julio). Política Nacional de Cultura al 2030. https://shorturl.at/SxoXn
[3] Alvarado, E. (Ed.). (2018). Hacia un museo sostenible. Oferta y demanda de los museos y centros expositivos de Lima. Ministerio de la Producción. Programa Nacional para la Competitividad y Productividad.
[4] Lima Cómo Vamos. (2025). Lima y Callao según sus habitantes: reporte urbano de percepción ciudadana - Edición 14. Sistema Urbano.
[5] Estilo arquitectónico clásico académico enseñado en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París y que influenció el estilo de edificios emblemáticos de los EE. UU. a fines del siglo XIX y principios del siglo XX.
[6] Ministerio de Cultura. (s.f.). Museo Nacional del Perú. https://muna.cultura.pe/
[7] El guion curatorial da sentido y sirve de guía para el diseño de la exhibición, pues comprende el concepto de la exhibición, los contenidos científicos, la narrativa curatorial y la preselección de obras.
[8] El guion museográfico comprende el diseño de la exhibición, las estrategias de representación y montaje del contenido.
[9] León, A. y Marcial, L. (2022). Historia de una infraestructura 2014-2021. Nuestra historia, el Perú que construimos. Ministerio de Cultura.
[10] Ministerio de Cultura. (2016). Se inicia construcción del MUNA. Gob.pe, https://shorturl.at/zX1q7
[11] Ministerio de Cultura. (2021). Ministro de Cultura anuncia apertura del Museo Nacional del Perú mañana 24 de julio. Gob.pe, https://shorturl.at/V189y
Magíster en Museología y arqueóloga con más de 13 años de experiencia en museos, curaduría y gestión cultural, excuradora del Museo Larco y actual directora de MUSEA Perú.