El 14 de marzo de 2025, la Ruta del Barroco Andino cumple quince años y con ello también celebramos una larga trayectoria en el panorama turístico de la región. Hemos pasado muchas etapas y seguimos trabajando por el posicionamiento de esta ruta a nivel nacional e internacional.
La Ruta del Barroco Andino está integrada por cuatro maravillosos templos ubicados en la provincia de Quispicanchi, en la ciudad de Cusco, y administrados por la Compañía de Jesús: el templo San Pedro Apóstol de Andahuaylillas, el templo San Juan Bautista de Huaro, la capilla Virgen Purificada de Canincunca y el templo de la Compañía de Jesús en la ciudad de Cusco.
El origen de la ruta lo encontramos en el proyecto «Diseño y comercialización de la Ruta del Barroco Andino en los distritos de Andahuaylillas y Huaro, provincia de Quispicanchi», que el Fondo Contravalor Perú-Francia financió a través de CCAIJO (Centro Social de los Jesuitas del Perú en Quispicanchi) entre noviembre de 2009 y abril de 2010. En dicho proyecto se realizó una consultoría con el objetivo de diseñar una estrategia que integrara los templos de Andahuaylillas y Huaro, así como la capilla de Canincunca, a fin de lograr la comercialización de una ruta turística que pudiera ser ofrecida a las principales agencias de viaje de Cusco. En ese entonces, únicamente el templo de Andahuaylillas era comercializado por las agencias de turismo y ya era conocido como la Capilla Sixtina de América por su riqueza en la pintura mural que muestra el proceso de evangelización en los tiempos del virreinato.
En 2008 finalizó la restauración del templo de Huaro y de la capilla de Canincunca por parte del World Monuments Fund (WMF) y del Instituto Nacional de Cultura (INC); luego, fueron anexados al ya famoso templo de Andahuaylillas en una ruta. Nos propusimos, de este modo, impulsar la preservación del patrimonio y el desarrollo turístico en los distritos de Andahuaylillas y Huaro mediante un producto sostenible y competitivo que pudiera ofrecerse a los turistas que llegan a la ciudad de Cusco. En 2012 se integró a la ruta el templo de la Compañía de Jesús en Cusco, con el espíritu de conseguir la integración entre el ámbito rural y el urbano y, de esta forma, mostrar la riqueza y la diversidad de los templos virreinales de las ciudades y pueblos andinos en esta parte del mundo. Asimismo, se decidió destinar los beneficios económicos de la Ruta del Barroco Andino al sostenimiento de los proyectos sociales de las parroquias de Quispicanchi gestionados por los Jesuitas del Perú.
"Cada templo cuenta su propia historia, pero todos nos muestran un ideal común: acercar a los pobladores a Dios por medio del arte."
Los templos de la Ruta del Barroco Andino destacan por su rica ornamentación, que mezcla motivos cristianos con iconografía autóctona, lo cual crea un arte profundamente expresivo y simbólico. El templo de la Compañía en Cusco, ubicado en la Plaza de Armas de la ciudad, data del siglo XVI y es una de las principales muestras del barroco colonial en Hispanoamérica. Por su parte, los templos rurales de la ruta constituyen ejemplos notables y muy representativos de los primeros templos doctrineros construidos en la sierra del Perú, que mostraban —con una bella arquitectura y equipamiento interior— las expresiones materiales del proceso de evangelización llevado a cabo por la Iglesia en aquellos tiempos. Los templos exhiben cómo, por medio de recursos visuales, se acaparaba la atención y se instruía en la fe a los pueblos originarios: enseñanza de la doctrina, pasajes bíblicos, la vida de Jesús, así como valores éticos y sociales[1]. En este sentido, podemos resaltar que la evangelización de la época dio mucha importancia al arte, la cultura y las vivencias de los pueblos, mostrando el respeto por la población local, su cultura, sus costumbres y sus lenguas.
Cada templo cuenta su propia historia, pero todos nos muestran un ideal común: acercar a los pobladores a Dios por medio del arte. Los murales de los templos fueron ejecutados por artistas locales y mestizos durante el virreinato y su herencia cultural se muestra en un arte que exhibe motivos religiosos junto a la flora y fauna del lugar, con infaltables pinturas del sol y la luna, muy propias del arte originario inca. Podemos apreciar en Canincunca estos ejemplos de fauna local y, en el templo de Huaro, las representaciones del sol y de la luna en el arco triunfal, así como en el mural del juicio final.
La ruta es gestionada desde el año 2012 por la Asociación SEMPA, asociación sin fines de lucro, obra de la Compañía de Jesús, a la que se le encomendó esta responsabilidad desde la parroquia San Pedro Apóstol de Andahuaylillas y la Comunidad jesuita de Cusco-Quispicanchi.
Desde fines del año pasado, estamos dando un nuevo enfoque a la ruta, con el propósito de invitar a los viajeros a sumergirse en una experiencia que combine arte, historia, espiritualidad y apoyo social, y la hemos llamado turismo trascendente. Los templos de la ruta son templos vivos, cuentan con muchas festividades que se expresan en la liturgia y con gran riqueza de tradiciones de sus pueblos. Buscamos una conexión íntima entre el viajero y su entorno, deseamos que los visitantes de nuestros templos vivan una experiencia transformadora y que, a su vez, ella repercuta en la comunidad local por medio de un turismo responsable y sostenible.
Como ya lo hemos mencionado, a través de los ingresos de los templos de la Ruta del Barroco Andino, se obtienen recursos para el sustento de los proyectos sociales parroquiales, así como para el mantenimiento y la conservación de los templos a cargo de la Compañía de Jesús en Cusco-Quispicanchi. Asimismo, el turismo, fruto de la visita a los templos de la ruta, actúa como un dinamizador social que incentiva el empleo y el sostenimiento de muchas familias de la zona (artesanos, guías, restaurantes, hospedajes y otros).
"El turismo, fruto de la visita a los templos de la ruta, actúa como un dinamizador social que incentiva el empleo y el sostenimiento de muchas familias de la zona."
La ruta cuenta con dos tiendas de venta de artesanías, una en el templo del Cusco y otra en el templo de Andahuaylillas. Por medio de la comercialización de productos en las tiendas, capacitamos a treinta mujeres de la zona y apoyamos a artesanos locales con la venta de sus productos. Desde SEMPA, nos comprometemos a buscar mercados para sus creaciones y mejorar sus ingresos y calidad de vida. No se trata solo de capacitarlos en la producción de artesanías, sino también buscamos que fortalezcan sus capacidades y que sus productos sean competitivos en el mercado, a fin de que la propuesta sea de valor y sostenible en el tiempo.
Si están en el Cusco o piensan viajar por esta zona, los invitamos a que nos visiten. Estamos a una hora de la ciudad y la ruta se inscribe en la vía Cusco-Puno. Este recorrido es ideal para aquellos interesados en la historia, la religión, el arte y la cultura. Pueden ver más sobre la ruta en https://rutadelbarrocoandino.com/ y en nuestras redes sociales, Facebook e Instagram.
¡Los animamos a que vengan y nos conozcan!
[1] República del Perú. Templos rurales de Cusco. Formulario de presentación. Lista indicativa. (2019). UNESCO, Ministerio de Cultura del Perú.
Directora y Presidente de la Asociación SEMPA