Hoy en día, frente a los límites de las opciones represivas para enfrentar eficaz y adecuadamente la delincuencia juvenil, se vienen ensayando diversos caminos. Uno de ellos cada vez adquiere mayores adhesiones, incluso en el Perú: la Justicia Juvenil Restaurativa (JJR), alternativa interesante, creativa y constructiva. La justicia restaurativa, inspirada en diversas formas de justicia de pueblos y culturas, se asienta en tres dimensiones importantes que involucran activamente a tres actores distintos: responsabilidad del autor, restauración de la víctima y la reintegración del infractor en la comunidad.
A diferencia de la Justicia Retributiva, en la cual la vulneración a la ley y el castigo consecuente constituyen el eje central, la Justicia Restaurativa se centra en las consecuencias que el delito ha supuesto para una persona en concreto y la necesidad de repararlo. Busca que el ofensor se haga responsable de las consecuencias de su acto, procurando que en el encuentro con la víctima haya una reconciliación, basada en la restitución del daño y el perdón; busca también que se restituya el vínculo social, procurando la reintegración del infractor en la comunidad, fortaleciendo así el sentimiento de seguridad quebrantado.
Con el propósito de poner en práctica la justicia juvenil en el Perú, a inicios del 2005 Encuentros y la Fundación Tierra de Hombres, impulsan un proyecto piloto de justicia juvenil restaurativa, con la finalidad de validar un modelo adaptado a la realidad peruana, capaz de ser asumido por el Estado y ser replicado a nivel nacional. Dicho proyecto se desarrolla en dos zonas estratégicas: El Agustino (Lima) y Chiclayo (Lambayeque).
El objetivo de este proyecto es contribuir al mejoramiento de la justicia juvenil en el Perú a través de la incorporación de enfoques y mecanismos restaurativos que hagan posible el respeto de los derechos y la generación de procesos de integración social, tanto de los adolescentes que han infringido la ley, como de las víctimas que han sufrido algún daño con ocasión de dicha infracción.
Teniendo en cuenta las distintas etapas del sistema de administración de justicia juvenil: policial, judicial y de cumplimiento de la medida; el proyecto de Justicia Juvenil Restaurativa opera en estos tres momentos a través de tres equipos interdisciplinarios: el Equipo de Defensa Inmediata (EDI), el Equipo de Atención y Asistencia a la Víctima (EAAVI) y el Equipo de Acompañamiento Educativo (EACE), conformados por abogados, psicólogos, trabajadoras sociales y educadores.
El EDI tiene la misión de brindar una defensa legal eficaz y oportuna a los adolescentes en conflicto con la ley, razón por la que acude en forma inmediata a la dependencia policial cuando la autoridad (fiscal o policial) les comunica de la detención en comisaría de un adolescente por haber supuestamente infringido la ley penal, aún en horas de la noche o fines de semana.
El EAAVI brinda una atención especializada a la víctima, a fin de promover el resarcimiento y/o la mitigación del daño ocasionado por un agresor. Al igual que el EDI, acude inmediatamente a la dependencia policial cuando la autoridad les comunica que ha ocurrido una agresión.
El EACE tiene la misión de reinsertar a los adolescentes que han infringido la ley a través de un proceso educativo; para ello, en coordinación con los operadores de justicia, realiza un acompañamiento y seguimiento a los adolescentes que participan en un programa de orientación o se les aplica una medida socioeducativa en medio abierto, procurando su inserción social, la reparación a la víctima y el restablecimiento de sus vínculos con su comunidad.
Hasta el mes de julio del 2009 se han atendido a 946 adolescentes. A fines del 2007 se amplió las zonas de intervención en Chiclayo.
Todos los casos atendidos reciben atención legal y psicosocial, pero no todos ingresan al proyecto, esto puede deberse a diversos factores como la gravedad de los hechos (homicidio, violación, etc.) o el consentimiento del adolescente y sus familias, entre otros factores.
En cuanto al tipo de infracciones cometidas por los adolescentes atendidos, las infracciones con mayor incidencia son el robo agravado (44%) y hurto agravado (36%); luego vienen el pandillaje y el tráfico ilícito de drogas, el hurto simple y las lesiones leves.
La mayoría de adolescentes atendidos se encuentra entre los 16 y 17 años (65%), sin embargo, hasta antes del Decreto Supremo Nº 990 se atendía a adolescentes menores de 14 años, los cuales eran sujetos a medidas socioeducativas.
Uno de los resultados más significativos del proyecto JJR han sido las remisiones fiscales, práctica que ha recibido premios como una de las mejores en el sector público, en la categoría de seguridad ciudadana.
Publicado en enero 2010
Oscar Vásquez Bermejo
Director de Encuentros, Casa de la Juventud.