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Edición Nº 14

La otra cara de la luna
23 de octubre, 2010

Es un misterio una faz que no se ve. Así se manifiesta el país cuando en aparentes circunstancias, de enormes oportunidades, los pueblos se sofocan y se rebelan ante decisiones que no los toman en cuenta, los tratan como fichas y deciden como si no existieran, como si su voz no contara, y luego, dichos pueblos son tratados un poco menos que como salvajes, bárbaros, ignorantes, premodernos, fácilmente manipulables e incluso comprables (Peru21, Teullet, 28-09-2010) para salir a protestar. Esa es la faz que nos quiere vender un punto de vista más que conservador, ciego, soberbio y asimismo autodestructivo.

La realidad es otra, como en el caso de Cusco. Por qué en las zonas de mayor rentabilidad extractiva (hidrocarburos, minería y turismo) suceden paros y movilizaciones; veamos.

Primer acto. En la microcuenca del río del mismo nombre (Salca) se impulsa una hidroeléctrica. Se presentó sólo como un proyecto hidroenergético, obviando la existencia de agricultores que verán modificar sus condiciones productivas. Paros de varias semanas, el sur conmocionado; mas luego es factible ajustar el proyecto a que sea integral, agro-hidro-energético; pero en principio dominó la lógica a que dicho emprendimiento puede darse sin tomar en cuenta la situación de sus residentes. El mundo ha cambiado, esos productores conocen o intuyen sus derechos.

Segundo acto. En la selva cusqueña la población de La Convención se exalta al saber que se puede exportar gas natural a precios irrisorios en bien de otros países, y que ellos, que viven en los territorios de extracción de esos recursos no renovables, tienen la energía doméstica más cara del país. Ante esa ausencia de beneficios directos por la extracción y exportación del gas de Camisea, la población reclama. Días antes, desde Radio Programas del Perú, el ministro competente (¡oh! cusqueño) les informa que no habrá planta de fraccionamiento. Llegan, deliberan; un adolescente fallece baleado y, sí, se acuerda que puede haber dicha planta; las empresas distribuidoras de gas doméstico informan que bajarán el precio. En fin, los derechos de la gente se pueden incluir.

Los pueblos necesitan expresar su sentir, su opinión, necesitan ser informados de propuestas y proyectos, y hacerlos parte de su destino, no simples expectadores.

Tercer acto. El agua. En el Proyecto Majes-Siguas, para arequipeños o para cusqueños, se olvidan del Estado de derecho, del debido proceso, quieren jugar al vivo, deslizan la especie que los cusqueños son trogloditas, rebosantes de envidia, quieren el mal del vecino. Otro ciudadano pierde la vida, muchos más heridos. La realidad y los resultados preliminares… hay alternativa de atención a ambos pueblos. ¿Por qué el Gobierno Nacional tarda con sus propuestas?

Desenlace. En estos hechos se expresa la más torpe actitud centralista, discriminadora: considerar que a los pueblos, cual objetos, se los puede obviar; tenerlos como personas sin sombra, ni derechos ni opinión, y que desde arriba (centralista) alguien decide su destino. Esa actitud es la más autodestructiva, no construye nación.

Pero no todo es color de derechos. La escena pone de manifiesto que lo que acontece es algo más complejo, puede ser oportunidad de dignidad, de menor confrontación, de no más muertes, de minimización de la interrupción de la actividad productiva y servicios, de trabajadores individuales que sean menos afectados en sus ingresos, de estudiantes que pierdan menos sus horas de aprendizaje. ¿Qué hacer para no llegar a la calle? Afinar y sensibilizar los lugares de decisión, comprender los anhelos y derechos de las personas, eso es representación eficaz.

Los hechos sociales tienen sus costos, las tortillas necesitan romper huevos, pero pasan su factura. Gobierno Regional: ¿dónde está el grado de previsión para no quedar atrapados en las calles y los paros?, ¿dónde la universidad con ingentes recursos para estudios e investigación?, ¿cuando a las expectativas cusqueñas le faltan estudios?, ¿dónde la capacidad de previsión para acompañar las expectativas de las personas?, ¿qué del canon?, hoy instrumento de los gobernantes de turno, pero no recurso que acerque satisfacción a las necesidades personales.

Corolario. No todo es crecimiento económico, pero si es necesario y vital el crecimiento y la expansión. ¿Qué nos falla?, el Estado. Acercarlo a la gente, representar a la ciudadanía, preveer circunstancias y diseñar oportunidades. Pero considerar que los derechos sólo se instalan en las calles es peligroso y vulnerable; ciudadanía no es sólo demanda, es corresponsabilidad; organización antelada de posibilidades y eso es la política, sustentada en piel y ciencia. ¡Dejemos de contraponer! ¡De decir que la gran inversión sólo se puede dar con la exclusión de la gente! La inclusión es sostenibilidad de la inversión, es mercado interno, es satisfacción de necesidades, futuro de oportunidades para grandes y ciudadanos. Es dar viabilidad al país.

Publicado en octubre 2010


Alberto Delgado Araoz

Director Ejecutivo del Instituto Machu Picchu, Cusco.

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