Se puede decir que el Ejecutivo tuvo éxito al conseguir el voto de confianza y la delegación de facultades del Congreso, pero aunque muchos esperábamos que los tuvieran listos, todavía no han salido los decretos, salvo el incremento a 4% del drawback[1], muy criticado por considerarse mercantilista, y la anunciada, pero todavía no materializada, rebaja de 1% del IGV, sobre la que muchos economistas han expresado dudas porque consideran improbable que esta vaya a dar al bolsillo del consumidor y creen que es más factible que se quede en el camino. La reactivación del Consejo Nacional del Trabajo tiene el problema de no incluir al sector informal, pero es un paso adelante.
La lista de logros que publicó el gobierno adelantándose a los cien días muestra la intención de rendir cuentas, lo que es de por sí loable. Algunos son más importantes que otros, pero causan la impresión de ser muy puntuales y no de obedecer a un proyecto mayor. Se enumeran, pero no se indica si corresponden al Plan de Gobierno y a las promesas electorales, aunque esto es obvio en las obras de agua y saneamiento y el destrabe de proyectos. Idealmente, lo que debería publicarse es la lista de objetivos con fechas (aunque sea aproximadas) y sus paulatinos logros que podrían ser trimestrales o semestrales, originalmente. Aunque es más difícil y complicado hacerlo a nivel nacional, el equipo de profesionales que tiene este gobierno permitiría una planificación de corte empresarial en que hubiera objetivos de corto, mediano y largo plazo.
En mi opinión, ha sido un acierto mantener a Saavedra como Ministro de Educación a pesar de las críticas del Apra y el fujimorismo que quieren vengarse del régimen anterior, porque el primero lo hace responsable de su pobre votación y el segundo de no haber ganado la elección. Para estos dos partidos este gobierno tendría que romper con el anterior y no dejar vivo a nadie que haya trabajado con él, lo que es por demás absurdo, porque si bien tuvo defectos y cometió muchos errores no ha sido lo malo que nos quieren hacer creer algunos sectores. El aprismo no tiene autoridad moral para decir que ha sido el peor gobierno de la historia si recordara el primero de García, y el fujimorismo tampoco está en buen pie después de los descalabros del suyo, aun cuando haya quienes quieran atribuirle méritos que no tiene.
Si bien todavía no podemos hablar de resultados, parece que Pedro Pablo Kucynski (PPK) y su equipo tiene claro que los esfuerzos hay que ponerlos en salud y educación, además de la disminución de la pobreza. Sobre esto último es de rescatar la prioridad que se ha puesto a la dotación de agua y saneamiento a las poblaciones más necesitadas. El obstáculo es que los dos ejes (salud y educación) son apuestas de largo plazo y las políticas que se apliquen tendrán resultados en varios años, quizá después de este gobierno e incluso del siguiente. Lo importante es dejar bien establecido, convenciendo a la población, que ese es el camino al desarrollo y tal cosa requiere que se fijen metas. Se trata de construir una escalera e ir informando a la sociedad civil de los resultados, incluyendo las dificultades y fracasos. La honestidad del mensaje es lo que llevará a que la gente les crea y que el nivel de aprobación sea alto. Esto pasa por un liderazgo que rompa con los estilos del pasado y sea capaz de comprometer a los peruanos con un proyecto en el que creamos, en vez de tratar de engañarlos como ha ocurrido hasta ahora con pocas excepciones. Esto es en especial válido en este gobierno que tiene en la oposición al fujimorismo con mayoría parlamentaria y que ya tuvo sus primeros tropiezos.
Otros dos aspectos primordiales son la seguridad y la corrupción. En el primero tenemos embarcado al ministro Basombrío, quien parece tener las mejores intenciones, pero está obligado a pasar primero por una reforma de la Policía, que no será fácil y tomará tiempo, además de estar vinculada a la corrupción que ha penetrado la institución policial como lo han mostrado los casos en que se ha encontrado a policías actuando como delincuentes y otros en que las adquisiciones institucionales, como los vehículos patrulleros, han sido seriamente cuestionadas. Algunos signos son las primeras capturas, la desactivación de bandas, el sistema de recompensas y la propuesta de la ‘muerte civil’. Sin duda, la modernización de las comisarías y de la policía en general puede ayudar en la lucha contra la delincuencia, pero eso no ocurrirá mañana. Hay que tener presente también que la delincuencia tiene una relación directa con la pobreza y la educación y que, así como avancemos en ambas, estaremos atacando a una de sus causas principales. Sin embargo, todo esto tomará tiempo y no poco.
Si bien no podemos hablar de resultados, parece que Pedro Pablo Kuczynski y su equipo tienen claro que los esfuerzos hay que ponerlos en salud y educación, además de la disminución de la pobreza.
Derrotar a la corrupción es un proceso muy complejo, porque la tenemos enquistada culturalmente. PPK ha propuesto con acierto incluir al sector privado en la sanción con la ‘muerte civil’ en los casos de corrupción. Como lo he sugerido en otro artículo[2] el sector privado, haciendo eco a la propuesta presidencial, debería hacer el compromiso de negarse a pagar coimas y a denunciar cuando se las piden, además de sancionar gremialmente a quienes incurran en prácticas corruptas, para lo que deberían crear equipos de investigación. Tanto que se predica la auto-regulación, esta sería una forma de practicarla. Será difícil, porque siempre habrá quien pague sobornos, pero si se hace causa común muchos de estos casos saldrán a la luz y poco a poco desanimaremos a los funcionarios públicos de pedirlas y al sector privado de pagarlas. Eso implica incrementar poco a poco los sueldos del sector, en especial de la Policía y del Poder Judicial. La dificultad está en que, como las anteriores, también son tareas de largo plazo. La Reforma Judicial es asimismo urgente, mas se viene postergando desde hace mucho tiempo.
En cuanto a problemas de este gobierno, ha tenido algunas metidas de pata como la declaración de ‘jalarse congresistas fujimoristas’, pero ha tenido especial resonancia el caso Moreno, porque ha salido a luz la punta del iceberg de la corrupción. Me cuento entre quienes creen que probablemente hay muchos Moreno en la administración pública y éste es el que han descubierto casi por casualidad. Lamentablemente, la mayor parte de personas que se involucran en política lo hacen para medrar. El otro hecho problemático ha sido el de la protesta en Las Bambas, del que ha resultado un muerto y que ha desnudado la necesidad de tener un equipo más eficiente, pero sobre todo preventivo, para enfrentar los conflictos sociales. No sé si ya se pueda hablar del fin de la ‘luna de miel’, pero la aprobación de PPK ha bajado y tal cosa es perjudicial, como ya he señalado.
El inconveniente que veo en esta administración es una cierta carga economicista; es decir, la sensación de que los problemas se solucionaran si logramos volver a crecer a las tasas de la década pasada, cuando los precios internacionales de los minerales eran altos. Y si bien es cierto que la economía es importante, hay otros factores que no deben descuidarse. La educación en valores, la prédica con el ejemplo de la honestidad y la sanción y persecución a las personas que infrinjan la ley, sin límites y preferencias, son algunos de ellos.
Es necesario que el gobierno no solo invierta en programas sociales, sino que logre que los sectores más pudientes se comprometan con obras y proyectos que busquen eliminar la pobreza extrema. Esa absurda separación que se pretende hacer, sosteniendo que el objetivo del empresario es exclusivamente hacer rentable su compañía y pagar sus impuestos, omite que a todos nos conviene que nuestro país sea desarrollado en el más breve plazo, y eso de repartir las responsabilidades por estancos olvida que el hombre es por definición un ser social y que su realización individual pasa por la de la sociedad en que vive. El verdadero liderazgo es del que predica la solidaridad con el ejemplo. La afirmación de que podemos tener por cumplidos nuestros deberes con solo pagar los tributos que nos corresponden es un proceder mínimo, que bien puede ser complementado con actividades y obras a las que ninguna ley nos obliga, salvo nuestra propia humanidad, que debería hacer imposible que veamos con pasividad la pobreza y frustración de muchos de nuestros compatriotas.
[1] Régimen Aduanero que permite la devolución, total o parcial, de los derechos arancelarios. [N.E] [2] ‘Los corruptores’ publicado por la Revista Ideele N° 263 el 8 de septiembre de 2016. http://www.revistaideele.com/ideele/content/los-corruptores
Alonso Núñez del Prado Simons
Magíster en Derecho de la Integración y en Derecho Constitucional. Master of Business Administration (MBA), graduado en Lingüística y Literatura, Filosofía. Fundador y director ejecutivo del Observatorio de Cumplimiento de Planes de Gobierno. Profesor universitario, árbitro de la Cámara de Comercio y conferencista. Presidente y director de varias entidades del sistema asegurador