En la ciudad de París, donde vivo hace muchos años, tuve el privilegio de formarme como artista plástica, en una ciudad donde el arte es accesible a todos a través de la exhibición de obras en espacios públicos adquiridos por el Estado, que promueve además la gratuidad de los museos en toda Francia. Allí surgió la inquietud de llevar a la ciudad donde nací, Iquitos, algo de lo que yo disfrutaba plenamente. Era el año 2010 y mi ciudad no contaba con museos ni galerías de arte. Entonces, ¿cómo mostrar La Mona Lisa de da Vinci o El Pensador de Rodin a personas que nunca han visto estas obras? Después de dos años de reflexión y preparación, donde filmé en los museos más famosos de Florencia, Madrid y París, nace el Museo Efímero Contemporáneo de la Amazonía (MECA) que transpone, a través de imágenes visuales, las obras maestras de la pintura y la escultura universal al actual contexto amazónico, a través de la comparación.
El leit motiv de la propuesta es "llevar el arte al alcance de todos", y es lo que define la estructura de los Museos Efímeros Contemporáneos (MEC) que consiste en presentaciones públicas e itinerantes de video-arte, elaborados a partir de escenas cotidianas y paisajes naturales de nuestro país, para luego transponerlos y contrastarlos con las obras reconocidas del arte universal, incluyendo también obras de las culturas prehispánicas. Actualmente se han realizados cuatro MEC: en la Amazonía, Lima, Cusco y Arequipa.
El MEC, como intervención cultural, es una propuesta que redimensiona la función de los museos y el acceso a la cultura y el conocimiento, llevando un mensaje emotivo y cohesionador a nuestras poblaciones. En consecuencia, busca contribuir con el empoderamiento social y la gobernanza colectiva, a través de una experiencia artística visual de alto contenido emocional, que ponemos al alcance ciudadano, en sus respectivos espacios públicos de origen.
Los MEC consisten en presentaciones públicas e itinerantes de video-arte, elaborados a partir de escenas cotidianas y paisajes naturales de nuestro país, para luego transponerlos y contrastarlos con las obras reconocidas del arte universal.
La proyección de las obras maestras y las escenas de la vida cotidiana de hoy se complementan con la presentación de diversas manifestaciones artísticas en vivo. Danza, canto, música forman parte de la museografía que seleccionamos para crear una experiencia sensorial que conecte tanto niños como adultos, más allá de las formas tradicionales de promover el conocimiento.
A menudo nos preguntamos: si Leonardo da Vinci, Auguste Rodin o Vincent van Gogh hubieran nacido y vivieran en el Perú, ¿a quiénes hubieran tomado como modelo para ser La Mona Lisa o El Pensador?, o ¿qué paisaje nacional hubiera sido la inspiración para La Noche Estrellada?
El lenguaje universal que lleva el arte y el mensaje explícito de las imágenes son el vehículo para entablar un diálogo con el espectador que empieza con la identificación con el otro, ya que se trata de imágenes que él conoce. Se dice que "nadie ama lo que no conoce" y si el espectador renueva la percepción hacia su entorno, otorgándole otro brillo, otra mirada que revalorice su realidad, podemos generar una reflexión que conlleve a mejorar nuestras vidas en diferentes ámbitos, como lograr una mayor equidad entre las personas, promover una sociedad con mayor justicia social, impulsar una conciencia ecológica y la conservación de nuestras costumbres y manifestaciones culturales más auténticas.
El MEC es una obra que requiere tres etapas de realización. La primera es de pre-producción y trabajo de campo: una visita que realizo con mi equipo teniendo una selección de alrededor 30 obras, de las cuales elegiremos filmar la mitad, las cuales serán determinadas por el propio contexto en el que nos encontremos. Por ejemplo, en Cusco, al pasar por la Plaza Mayor y observar la fachada de la Iglesia de la Compañía de Jesús, se dibujó nítidamente ante nuestros ojos La Catedral de Rouen, de Claude Monet, quien realizó la serie de 31 lienzos de la fachada de la catedral gótica bajo distintas condiciones de luz y de clima, lo que me condicionó a filmar también la fachada de la Iglesia de la Compañía en distintas horas del día y diferentes condiciones de clima. Lo mismo ocurrió en Urcos, al presenciar una danza de la Asociación Folklórica Aymuray, cuya coreografía remitió a Las Tres Gracias, de Paul Rubens. Estos son ejemplos de elección espontánea, ajena a la voluntad de la museografía pre-establecida.
Las imágenes de las escenas de la vida cotidiana para integrar la museografía de un MEC tienen que responder al primer criterio de selección: ser lo más auténtico y representativo de la región. En el Museo Efímero Contemporáneo de Cusco, por ejemplo, hicimos la transposición de La Duquesa de Alba, de Francisco de Goya, con la cantante lírica cusqueña Sara Barreto, cuya selección se basó en la calidad artística de la soprano y en la labor de difusión no sólo del repertorio lírico europeo sino también del repertorio clásico cusqueño.
Cada lugar determina la casi totalidad de las obras que componen la museografía de cada MEC. Sólo hay dos obras constantes, inamovibles, que se repiten en cada presentación: La Mona Lisa y El Pensador, que constituyen la base de la estructura de todo MEC. "La Mona Lisa Amazónica" es una vendedora ambulante de tacachos del puerto de Moronacocha en Iquitos, y la de Cusco es una tejedora del mercado de Pisac; "El Pensador de Arequipa" es un señor que tiene el oficio de lustrabotas y que labora en la plaza de Armas, y el de Lima un reciclador nocturno del centro de la ciudad.
La reacción del público es la mejor recompensa de esta obra. En Iquitos vi gente conmovida al redescubrir un cargador del puerto de Belén en plena ejecución de su trabajo en condiciones extremas. En Arequipa, los espectadores concluyeron que la Montaña Sainte-Victoire, famosa por haber sido pintada por el célebre francés Cézanne, no era más bella que el Misti. Cuando presenté los MEC en París, el público descubrió un Perú más profundo, en donde la tradicional experiencia de observación de la obra universal, se transfiguró en una experiencia vivencial.
El Museo Efímero Contemporáneo de Cusco se realizó durante tres años y, con el importante auspicio de la Compañía de Jesús, se realizaron las escenas filmadas en Quispicanchi y la ciudad de Cusco. El marco imponente de los Templos de la Ruta del Barroco Andino, verdaderas obras de arte, dieron gran realce a las presentaciones.
Una de las escenas que más nos impactó fue la presentación en la Iglesia de San Pablo, de Ocongate, frente a un público cuyo rango de edad fue desde los 4 hasta los 80 años de edad y que respondió muy entusiasta al ver las imágenes del Repaje del Templo Francisco de Asís, de Marcapata, en donde muchos de ellos habían participado, así como en las diferentes escenas de la zona de Quispicanchi. Fue un público atento que interactuó cantando con la soprano Sara Barreto y que aplaudió cálidamente la presentación y que, al término, entre risas y abrazos nos comprometieron a volver y repetir la experiencia. Nosotros felices y encantados de hacerlo.
Invierno 2019
Malena Santillana
Artista visual. Creadora de los Museos Efímeros Contemporáneos y gestora cultural.