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Edición Nº 8

La crisis económica en nuestro barrio
6 de junio, 2009

Testimonio de una familia norteamericana.

El noreste de Ohio (donde vivimos) ha sido muy afectado por la crisis económica. Hemos visto a mucha gente que ha sido despedida de su trabajo, muchas empresas que han cerrado y muchas familias que, encontrándose sin los recursos de pagar sus préstamos, se han visto forzadas a vender sus casas y mudarse.

Las casas donde vivían varias familias ahora se encuentran vacías. Los bancos las intentan vender a un precio que representa una pérdida muy grande. Debido a la cantidad de terreno vacío en muchos distritos de Cleveland, hemos visto que el valor de la propiedad ha bajado mucho; en muchos casos, una casa no vale lo que valía antes.

Me parece que cada día escuchamos el efecto de la crisis. Un pequeño ejemplo de esto es una florería de nuestros amigos Judy y Ed, una pareja dueña de una florería desde hace 20 años. Es una tienda muy bonita y ellos han trabajado mucho tiempo para establecer su negocio y una base de clientes. Es gente honesta, trabaja duro y vende sus flores a un buen precio. Hace poco fui a comprar flores de su tienda para mi madre. Me sorprendió que no hubieran otros clientes y que el teléfono no sonara. Antes la florería siempre se encontraba llena, con empleados creando y diseñando ramos de flores, el teléfono solía sonar mucho y el camión que entregaba las flores nunca estaba en el estacionamiento. Ese día cuando estuve no hubo tal actividad y el camión estuvo allí todo el tiempo.

Hablé con Judy mucho rato. Me contaba que le ha ido difícil y que nunca ha visto el negocio tan mal desde hace 20 años. Ella ha experimentado crisis económicas antes, una en los 80 y la otra en los 90. Me decía que las flores son un lujo para la gente y no son necesarias. Es más, si la gente quiere pedir flores, generalmente pide ramos más sencillos para no gastar mucho. Me contaba, muy francamente, que no estaba segura que su negocio pudiera sobrevivir esta crisis.

Cuando salí de la tienda tengo que decir que me sentía sobrecogida. No pude imaginar que este rinconcito en
nuestro barrio ya no contará con esta florería. Es posible que Judy no pueda vender su negocio a otro, dado que mucha gente ahora no está calificada para recibir un préstamo del banco y comprarlo. Los bancos no están prestando dinero en estos días, sobre todo a empresas pequeñas como la de Judy.

Si ella cierra su tienda tengo la impresión de que tendremos otra tienda vacía. Temo que este rincón sea pintado y ocupado por los jóvenes pandilleros. Estando vacío, este terreno podría contribuir a dañar lo que está a su alrededor. Rezo por mi amiga todos los días. La gente experimenta mucho estrés en estos días y nuestra incertidumbre crece, ya que el gobierno nos dice que aún no está solucionada esta crisis.

Publicado en junio 2009


Maryellen Staab

Ama de casa norteamericana.

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