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Edición Nº 23

La inter-comprensión en las consultas y los proyectos de desarrollo propio
17 de mayo, 2013

Se habla mucho de “diálogo intercultural” tanto en las áreas educativas, políticas, económicas, culturales, religiosas, como en las problemáticas de desarrollo y de la “consulta”; y se supone que cuando los agentes urbanos dialogan con indígenas que hablan castellano, la inter-comprensión se da por el solo hecho de que ambos hablan la misma lengua. En el caso en que el interlocutor indígena hable sólo su lengua, un traductor resolverá el problema. Nuestras observaciones durante nuestra convivencia con las comunidades bosquesinas a lo largo de los años nos han hecho constatar que se trata de una ilusión. Tratamos de explicar la razón de tal ilusión y exponer algunas recomendaciones para crear inter-comprensión intercultural, que no es sólo un asunto de lengua.

El castellano es una lengua colonial y colonizadora: colonial porque fue aportada y expandida en el país en un proceso de colonización para dominar a la población originaria; y colonizadora porque en todos los aspectos de la vida social de los pueblos originarios, se sigue reduciendo la realidad socio-cultural de estos pueblos a nociones castellanas que no enuncian su especificidad socio-cultural, razón por la cual reina la ignorancia en las esferas del poder político y económico del país[1].

Hemos ilustrado esta situación en una obra reciente[2] en la que explicitamos los valores sociales bosquesinos genéricos –comunes a los pueblos indígenas, los ribereños y mestizos rurales (por lo menos en la selva baja)– que manifiestan los comuneros bosquesinos en sus conductas diarias y donde tratamos de revelar, en base a estos valores sociales, la lógica de vida subjetiva del bosquesino, esto en contraste con los valores sociales urbanos.

Hemos acuñado una terminología particular para nombrar estos valores, pues precisamente, ellos están excluidos de toda la enseñanza en las escuelas rurales (donde se habla exclusivamente de los valores civiles y religiosos nacionales)[3] y no tienen voz en los debates políticos, ¡ni siquiera en los discursos sobre la interculturalidad!

Son estos valores sociales los que motivan las actividades sociales (productivas, interactivas, festivas etc.) de los comuneros bosquesinos. Pero también motivan el fracaso de la mayor parte de los llamados “proyectos de desarrollo rural” en la Amazonía, debido a que no corresponden a las motivaciones bosquesinas basadas en sus valores sociales[4].

Frente a estos múltiples fracasos las organizaciones indígenas, ONGs y otros actores de desarrollo, reclaman ahora un “desarrollo propio” (como lo estipula el convenio 169 de la OIT) o un “desarrollo con identidad”, pero hasta la fecha nadie ha definido qué contenido concreto tienen las nociones de “propio” e “identidad”. En el segundo tomo de la obra mencionada proponemos una definición concreta de “identidad bosquesina”, y lo “propio” tiene que ver precisamente con las características específicas de la sociedad bosquesina que incluye a los pueblos indígenas.

Mientras que las élites intelectuales y políticas del país siguen ignorando las características de la sociedad bosquesina y la lógica de vida, las motivaciones y aspiraciones subjetivas de los interlocutores bosquesinos que resultan de sus valores sociales (distintos de los urbanos), no hay inter-comprensión intercultural –mejor sería decir: inter-societal– posible.

La inter-comprensión intercultural no es sólo un asunto de la lengua.

Eso tiene como consecuencia que las “Consultas” ahora estipuladas por la ley se vuelven una farsa y que el “desarrollo propio” queda inconcebible y en el estado de un simple postulado.

¿Cómo los interlocutores pueden, ante un funcionario o un emisario de una empresa, evaluar las consecuencias que la presencia de un proyecto en su territorio tendrá sobre su vida social (en la que reside una gran parte de su bienestar y salud), si no tienen palabras en castellano para expresar sus valores sociales?

Hasta ahora sólo se ha contemplado, en las fases preparatorias de un proyecto, un estudio de impacto ambiental. Eso es insuficiente. Es necesario, además y con mayor razón, un estudio de impacto socio-cultural, que tome en cuenta qué valores sociales serán afectados por el proyecto y de qué manera, en qué sentido. Sólo si los comuneros pueden pensar y expresar en castellano sus valores sociales y prever cuáles de ellos serán afectados por el proyecto y todas las consecuencias sociales que su presencia en el área de la comunidad provocará, los comuneros estarán informados completamente y “de buena fe”, para decidir si el proyecto les conviene, si quieren renunciar a tal valor social, o si quieren mantenerlo. Si estas consecuencias socio-culturales no están encaradas conscientemente y explícitamente por los interlocutores bosquesinos, muy pronto los comuneros se lamentarán por haber aprobado un proyecto sin haber podido prever las consecuencias socio-culturales.

Y para los proyectos de “desarrollo propio” o “con identidad” vale lo mismo. Si el término de “identidad” no se explicita concretamente con conductas que manifiestan los valores sociales “propios” (que practica el comunero en su vida diaria y con los que, desde luego, “se identifica”, a pesar de no disponer de los términos castellanos para expresarlos, lo que es la consecuencia del discurso educativo dominante) ¿cómo se puede concebir actividades “de desarrollo” que correspondan a las motivaciones “propias” ancladas en los valores sociales bosquesinos?

El arte de concebir proyectos de “desarrollo propio” consiste en articular los valores sociales, garantes del bienestar bosquesino y motivadores de todas las actividades, y los saberes y saber-hacer bosquesinos con una ampliación de sus prácticas sociales, culturales, productivas, comerciales, que beneficie de las motivaciones “propias”, las mantenga, para que se extiendan a elementos nuevos pero compatibles con el marco socio-cultural bosquesino o, eventualmente, rescaten elementos tradicionales (por ejemplo: cultivos o variedades de cultivos) en vías de olvido, pero que ofrecen ventajas comparativas en la actualidad.

Sabemos por demás que el Estado, ciertas ONGs y empresas operan con la seducción del dinero o la corrupción de dirigentes para obtener la aprobación de un proyecto por los comuneros. El dinero, sin embargo, -cual sea su monto- en poco tiempo desaparece, y los reclamos y quejas de los comuneros bosquesinos surgen y, cada vez que se los calma con nuevas sumas de dinero, siempre rápidamente gastadas, los mismos problemas y conflictos vuelven a aparecer. El dinero no resuelve los conflictos ambientales y sociales provocados por un proyecto impuesto por la seducción.

Los bosquesinos, por su parte, que ya conocen esta rutina por haberla experimentado, generalmente no ven alternativa, salvo –como ya ocurre en la actualidad– exigir la expulsión de la empresa. Un valor social bosquesino es “dietar”, que es un componente importante para mantener la salud y el bienestar y para curarse. A fin de no ceder regularmente a la seducción financiera del Estado y las empresas, con las consecuencias siempre lamentadas, el bosquesino debe ampliar su noción de “dietar” (especies animales, picante, dulce, mujer…) a la de “dietar dinero”.

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[1] GASCHÉ SUESS, Jorge. “La ignorancia reina, la estupidez domina y la conchudez aprovecha. Engorde neo-liberal y dieta bosquesina” (versión ligeramente modificada). En: MARTÍN BRAÑAS, Manuel (editor): Articulando la Amazonía. Una mirada al mundo rural amazónico. Lima, 2012. Y: www.sociedadbosquesina.pe
[2] GASCHÉ SUESS, Jorge y VELA MENDOZA, Napoleón: Sociedad Bosquesina. Dos tomos. Iquitos, Lima, 2012. IIAP, CIES, CONCYTEC, CIAS (www.sociedadbosquesina.pe)
[3] GASCHÉ SUESS, Jorge. “¿Qué valores sociales bosquesinos enseñar en las escuelas de la Amazonía rural?” Revista ISEES: Inclusión social y equidad en la Educación Superior. Santiago de Chile, Nº 10, pp. 17-40 (www.isees.org/file.aspx?id=7110)
[4] No tenemos aquí el espacio para enunciar e ilustrar estos valores sociales, pero el lector interesado puede descargar la obra mencionada, “Sociedad Bosquesina”, de la página web: www.sociedadbosquesina.pe


Jorge Gasché

Antropólogo y lingüista, Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana - IIAP, Iquitos.

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